Ascensos póstumos a los de la Masacre de Albrook

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El Gobierno honró ayer a 11 militares ejecutados el 3 de octubre de 1989, tras la asonada golpista contra el general Manuel Antonio Noriega. El mandatario Juan Carlos Varela entregó ascensos póstumos a los familiares de los caídos en la denominada "Masacre de Albrook", y anunció la construcción de un monolito en honor a los uniformados fusilados.

En un acto en la sede del Ministerio de Gobierno, los familiares de los caídos recibieron oficialmente estos ascensos de parte del presidente Varela, de los ministros de Gobierno, Milton Henríquez, y Seguridad Pública, Rodolfo Aguilera.

El pasado 1 de octubre se publicó en Gaceta Oficial el Decreto Ejecutivo del 31 de mayo de 1990, firmado por el entonces mandatario Guillermo Endara, que le confirió el ascenso póstumo a los 11 fusilados el 3 de octubre de 1989.

Al acto de recordación llegaron, procedentes de Nicaragua y EE.UU., 12 excompañeros de academia de los oficiales caídos, así como el comisionado jubilado Javier Licona, único cabecilla de la asonada que logró salvar su vida al refugiarse en Fuerte Clayton.

Los cerebros del fallido golpe del 3 de octubre fueron los oficiales Licona, Moisés Giroldi y el capitán Edgardo Sandoval.

Además de Giroldi y Sandoval, también fueron asesinados después de rendirse, los capitanes Juan José Arza, León Tejada y Nicasio Lorenzo hijo; el teniente Jorge Bonilla, los subtenientes Ismael Ortega, Francisco Concepción y Eric Murillo y los sargentos Deoclides Julio, y Feliciano Muñoz.

En un principio se pensó construir un monolito en Albrook, ya que en uno de los hangares de ese sector fueron fusilados gran parte de los golpistas, pero no se ha definido el lugar.

"El Gobierno construirá un monolito y develará una placa en honor a estos valientes hombres, que servirán para que las presentes y futuras generaciones nunca olviden lo sucedido y podamos rendirles el justo homenaje que nuestra historia patria y la nación panameña tenemos la obligación de reconocerles", expresó el presidente Varela.

"Hace 26 años sacrificaron sus vidas, convirtiéndose en mártires de una causa y en símbolos de uno de los períodos más oscuros de nuestra historia", dijo el mandatario, quien insistió en que el Gobierno quiere saldar la deuda histórica que el país tiene con los fusilados.

"Lo que estos hombres hicieron por nuestra patria no fue en vano. Sus valientes acciones de rebeldía contra la tiranía, evidenciaron el resquebrajamiento de ese régimen autoritario, que finalmente fue derrocado meses más tarde, el 20 de diciembre de 1989", añadió Varela.

Estos mártires de nuestra historia marcaron un antes y un después, en el proceso de redemocratización de nuestro país y por ello, estamos llamados a recordarles por siempre, ofreciéndoles nuestro más profundo respeto y gratitud, expresó Varela.

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