Mulino: ¡perdono al perro que hable mal de la carroña, pero al gallote, no!

Por: -

José Raúl Mulino ya cumple 15 semanas detenido. Destaca que después de los Carnavales, el país vuelve a la realidad con el inicio de una censura criticable, pero ahora no se ven marchas ni gritos de guerra como los de "si me callan te callan" o el de "caiga quien caiga", que protagonizaron tantos que hoy gozan de la planilla pública.

Además, al responderle al "analista" Carlos Vallarino, alega que le viene como anillo al dedo el refrán: "le perdono al perro que hable mal de la carroña, pero al gallote, no".

El texto de la carta de Mulino es el siguiente:

Aunque el país está entretenido con Momo y sin agua, aquí hay sol de verano, agua bastante, pero falta la libertad producto del sometimiento a la venganza por nuestros inquisidores. Ya falta menos, de seguro. La semana trajo cosas buenas. A Frank De Lima y Marcos Albán les aprobaron sendas fianzas de excarcelación. Aunque hay total disparidad en los montos asignados; si sus fiscales no apelan -que está aún pendiente-, deben estar en sus casas pronto. El país justo espera que así sea.

Hago un reconocimiento especial a Juan Carlos Tapia por el apoyo irrestricto a nuestras causas y a respaldar la no existencia de la obvia justicia selectiva existente y a desenmascarar las trapisondas de las fiscales, que para el diario oficialista LP son sinónimas de "justicia y certeza del castigo."Entiendo esa línea editorial, se les está desmoronando su estrategia de juzgar y condenar en los medios. La protesta por la fianza de Frank los retrata de cuerpo entero e incrementa silenciosamente su bajo nivel de credibilidad. Las redes sociales han sido nuestro tribunal de apelación ante cada una de sus publicaciones desesperadas ante el fracaso que se llevarán sus fiscales de hierro y su gobierno de la mentira. Simplemente, hay que ignorarlos. A propósito de lo anterior, pero ya en TV, el segmento de TReporta en el que el "impoluto analista" Carlos Vallarino lee, y mal, el reporte de casos que otro escribe, tengo que mencionarlo. Esta semana trapeó el piso con mi nombre y el de Garuz. Valdría la pena saber cómo le llegan las vistas fiscales y otros documentos de fiscalías, al igual que pasa con LP. A ese "analista" le viene como anillo al dedo un refrán fuerte que escuché no hace mucho: "le perdono al perro que hable mal de la carroña, pero al gallote, no". Después del Carnaval, el país retornará a la ineludible realidad. Todos los problemas intactos respecto a sus soluciones, aunque fueran iniciales, y el gobierno de la honestidad y la transparencia tendrá que dilucidar cada uno de sus líos y escándalos ante la mirada escrutadora de la opinión pública. El inicio de la censura es criticable. Muestra dos cosas: lo frágil que se siente el Gobierno, y lo débil que son los dueños de medios ante la presión de San Felipe. Lo curioso, por no decir triste, es que no se ven marchas ni gritos de guerra como los de "si me callan te callan" o el de "caiga quien caiga", que protagonizaron tantos que hoy gozan de la planilla pública. Total, para eso conspiraron. Salieron baratos. Siento que le debo a mi familia una señal de aliento. Me han roto el alma los tuits de mis hijos y las acciones inagotables de Maricel para seguir peleando por mi causa. Estoy fuerte y seguro de que saldré de aquí pronto para iniciar mi nuevo camino hacia mejores días para todos. No se preocupen por mí. Esta factura la pagaré como tributo a la lucha por la justicia denegada tantas veces y a tanta gente, que ahora que uno sufre el sistema entiende su impostergable transformación y limpieza. No desmayen. Recién empezamos. Espero que el Carnaval termine bien y que sigamos hacia delante. Todo tiene su final, como cantaba Lavoe. Cada día mío aquí, es uno menos de todos ellos allá.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.