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El general serbobosnio Vinko Pandurevic, quien ha sido acusado de genocidio por el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, considera ponerse a disposición del Tribunal. Así lo ha dado a conocer un portavoz del primer ministro serbobosnio, Mladen Ivanic.
El general Pandurevic, quien comandaba las tropas que, en 1995, se tomaron el enclave de Srebrenica, es responsabilizado de la muerte de 7 mil hombres musulmanes.
Hace dos semanas, el general serbobosnio fue acusado de genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad. Al parecer, para ocultar las masivas ejecuciones, el general ordenó sepultar a las víctimas en diversos lugares. El oficial serbobosnio no dará a conocer su decisión antes del próximo 5 de enero.
Entretanto, el presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, mostró ayer su deseo para que en el año entrante se solucione el problema entre las repúblicas yugoslavas de Serbia y Montenegro, ante las tendencias separatistas de esta última.
Serbia quiere preservar el Estado común, mientras que las autoridades de Montenegro aspiran a la independencia, desaconsejada por la Unión Europea (UE), que se opone a cualquier cambio de las fronteras en los Balcanes.
Belgrado quiere una solución rápida del futuro de la federación, por considerar que de eso dependen en mucho las reformas, y hace una semana se reanudó el diálogo serbio-montenegrino con ayuda de la UE, pero Montenegro no renuncia al referéndum sobre la autodeterminación, anunciado para abril próximo.
En su mensaje del fin de año, Kostunica se refirió a Kosovo, provincia jurídicamente yugoslava, de mayoría separatista albanesa, de hecho un protectorado de la ONU desde junio de 1999, y señaló que desea a los kosovares, albaneses y serbios, muchos de éstos últimos todavía refugiados, la paz, la estabilidad y la reconciliación.
El presidente, que derrotó a Slobodan Milosevic en las elecciones de septiembre de 2000, elogió los logros en el retorno de Yugoslavia en la comunidad internacional, pero admitió que no se ha logrado "todo lo prometido" en el plan interior.
La población esperaba de las nuevas autoridades reformas más rápidas, un aumento del nivel de vida y una mejor situación económica tras años de bloqueo internacional al que Yugoslavia estuvo sometido durante el gobierno de Milosevic. |
