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Los hijos son las promesas de la vida y el futuro de ellos depende del presente de sus progenitores. Panamá, país de promesas y bendiciones, es una nación con una población joven, y gran parte de ello se debe al aceleramiento de la juventud a querer ser adultos mayores antes de tiempo. Las madres a veces son responsables de que su hija menor tome el camino equivocado en la vida, por no tener el valor o no sentirse con moral para controlar a su hija e impedirle que "meta la pata" como se dice.
En ocasiones, esas madres son chantajeadas por sus propias hijas que ya conocen sus puntos débiles, y les permite llegar a altas horas de la noche a casa con su "novio". O esas madres no se sienten capaz de hablar con su hija sobre la conveniencia o no de ese novio a veces, mucho mayor que su pequeña y que además, tiene ya frutos de otra unión "por equivocación".
Su argumento es que la hija llora por el novio, que su hija le dice que ella tiene derecho a tener novio y la madre, ante el temor que su hija se escape con el susodicho, le acepta al sujeto que abusa también de la confianza y termina por sonsacar a la muchacha, dejarla con un bebé y sin terminar la escuela. Los padres tienen el deber de sembrar en sus hijos los valores y ante todo el respeto y hacerles ver que la autoridad son sus progenitores. Pero también es importante sembrar en la conciencia de los hijos el deseo de superación y la necesidad de ser responsable para con su futuro hogar donde deberán llegar hijos con derechos y también deberes.
No es excusa que por no existir la figura paterna en el hogar, los hijos deberán hacer los que les dé la gana. Nunca se ha visto que los pájaros le tiran a la escopeta, por lo tanto, los que mandan son los padres y los hijos obedecen. No se debe temer imponer la autoridad y para ello no se necesitan palos. |
