La alianza opositora, al incluir en última instancia al Partido Panameñista, puede haber mejorado las posibilidades de Ricardo de alcanzar la Presidencia de la República, pero ha creado incertidumbre y malestar en miles de candidatos a puestos de elección en los colectivos políticos que la integran.
Esto se refleja en el hecho de que más de 3, 600 candidatos a puestos de elección, que ganaron primarias internas no se han presentado al Tribunal Electoral para formalizar su postulación. Este fenómeno se nota particularmente en partidos opositores.
La entrada de nuevos actores en la dinámica de la alianza ha complicado más el asunto. Todos los que han ganado elecciones primarias argumentan -y con razón- que no deben ni quieren bajarse para respaldar a otro candidato de otro partido.
Tal confusión se refleja en el apoyo a la candidatura de Alcalde del Distrito Capital. Bosco Vallarino del Panameñismo es respaldado por un sector de la alianza, mientras que Unión Patriótica se inclina por el independiente Miguel Antonio Bernal.
Se trata de grietas en la estructura la coalición, y los líderes deben cuidarse de que no se extiendan.
La solución a esta situación debe venir de los dirigentes de la alianza. En un anuncio conjunto deben aclarar si el resto de los candidatos a puestos públicos deben enfrentarse unos a otros, o apoyar candidaturas de coalición, cosa que resultaría más difícil.