En los últimos meses el fenómeno del transfuguismo se ha acentuado. Diputados, alcaldes y representantes de corregimientos del Partido Revolucionario Democrático (PRD) se pasan a las filas del oficialista Cambio Democrático.
Se cuestiona al oficialismo por motivar el salto de funcionarios electos por la bandera perredista a las filas del gobierno, pero también es una falla del propio colectivo afectado, por no escoger líderes con la adecuada formación política.
El hecho debe llamar a la reflexión a los colectivos, porque el problema no se circunscribe sólo a un problema de piratería política por parte de los partidos oficialistas, sino también de formación de cuadros, que parecen haber nacido bajo la teta del gobierno y no soportan estar en oposición.
El Panameñismo estuvo fuera del poder por 39 años -de 1951 a 1990-, porque los 11 días que Arnulfo Arias ejerció el gobierno en 1968 no se cuentan, pero rara vez se observó a un militante de ese partido cambiarse al oficialismo.
No es correcto que el gobierno sonsaque a opositores para cambiarlos de bando, pero un funcionario electo por votación popular que tenga una adecuada formación política, difícilmente cae en esa tentación.
La experiencia debe motivar que los partidos sepan seleccionar mejor sus cuadros y utilizar adecuadamente los fondos del subsidio electoral para formación y así se podrá disminuir a los políticos que se cambian de un colectivo a otro, tal como si reemplazarán su vestuario.