Miles de indígenas marcharon ayer por las calles de Quito para exigir la instalación de un Estado en el que se respete la interculturalidad, en defensa de la libertad de cultos, por una revolución agraria y en busca de una economía solidaria.
En la marcha confluyeron movimientos indígenas, como la Federación de Indígenas Evangélicos (Feine) y la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) para entregar al Ejecutivo propuestas para integrarlas a la Carta Magna que actualmente redacta la Asamblea Constituyente.