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La extrema y lejana muerte
Redacci�n
Cr�tica en L�nea
De todos los temas que he conversado en mi vida ninguno me es tan sencillo y a la vez tan doloroso como es el de la muerte, no el de la muerte de miles de bosnios en otra parte del mundo, o la muerte de la princesa Diana o la muerte del lejano y distante continente africano, hablo de la muerte de alguien con quien compartimos un pedacito de nuestro coraz�n, la p�rdida del amigo, la p�rdida de aquel que por a�os o por tan s�lo un instante acarici� nuestra interioridad, es extra�o y casi misterioso, la dualidad del dolor f�sico por la partida de aquella persona que tan s�lo ayer fue parte de nuestra existencia, y simult�neamente la de sabernos felices porque ya descans�... es extra�o y desconocido el dolor que rasga el alma, dolor que no sab�amos exist�a dentro de nosotros, y la tranquilidad de saber que nunca abandonar� nuestros corazones. Es misterioso y muy confuso toda la empat�a que podemos sentir por el hijo, por el hermano, por el padre que ya dej� de tener l�grimas, y cuyo dolor es transformado por el de la serenidad. Tengo a veces confusiones en mi esp�ritu, por saber que mi alma es eterna, saber que todo es pasajero, saber que nada es permanente, que todo pasa en esta vida, y a�n as� a veces ver mi ego�smo de querer invertir miles de d�lares en alg�n negocio, mientras que a s�lo 2 cuadras hay hambre, y m�s hambre, para qu�, por qu�..., hoy d�a con la muerte de una amiga, tengo mi respuesta, todos tenemos que morir, no hay escape de la gran dama, ni para el rico ni para el poderoso, todos tenemos alg�n d�a que irnos, todo en el universo, incluyendo las estrellas, mueren, filosofando hoy d�a, me pregunto si el d�a que me toque a m�, tendr� el mismo valor, si tendr� la misma mirada orgullosa de Irene Escofery al partir, hasta el final fue bella, hasta su �ltimo aliento fue el de abrazar la bella vida que Dios le dio. No s� qu� hay despu�s de que cerramos nuestros ojos y comenzamos nuestro viaje de regreso a casa, no s� d�nde es casa. No s� si los musulmanes tienen la raz�n y tenemos que regresar si no hemos caminado correctamente el camino indicado por Dios, tampoco s� si la muerte de los cristianos, una s�la oportunidad, un s�lo juicio, es la verdadera, s�lo s� que hebros, budistas y boys scouts todos partiremos de esta tierra hacia el para�so, infierno, "balhalla", o hacia la nada, todo tiene un final y ning�n fil�sofo, oriental u occidental cambiar� la gran verdad que nos aguarda al morir, y es s�lo y s�lo en ese instante, que todos nuestros ladrones de turno, aquellos que siguen amasando dinero y amasando fortunas, sin importarles un �pice el dolor de su pr�jimo, pronto muy pronto descubrir�n que el d�a de su partida no est� tan lejos y escondido como pensaban, ese d�a cada uno individualmente nos enfrentaremos, a la pregunta que la eternidad y el infinito se han hecho...�de qu� le sirve al hombre granjear el mundo, si en el trayecto de hacerse rico pierde su alma...? �De qu� me sirve el hacerle da�o a la humanidad acapar�ndolo yo todo, mientras nuestros hermanos pasan hambre? Tengo dudas hacia d�nde ir�, no s� si eso del cielo sea cierto, a veces me parece que es como un cuento grande, pero de algo s� estoy seguro, que no me importa la existencia de un cielo, ni la existencia de un infierno, para saber que en este mundo existen seres maravillosos, que no todo Panama es feo, ni que todos somos ego�stas y rencorosos. S� por Irene que el amor existe, y s� que el amor existe porque Dios existe, creo que s�lo es cosa de decidir qu� quiero, de tomar decisiones, y caminar el peque�o y min�sculo pedacito de tiempo que tenemos como hermanos, como amigos, no como amos y esclavos. Creo con todo mi coraz�n que puedo carminar los otros a�os que se me permitan vivir, gracias a seres humanos como Irene que a�n en la puerta de su gran aventura tuvo tiempo para mirarme y dedicarme un peque�o adi�s que durar� en mi vida cada vez, que mi ego�smo aflore, un peque�o adi�s que me servir�, para pensar que la vida va m�s all� de aquello que est�pidamente pensamos que es la buena vida, c�mo me gustar�a que hubieran miles de Irene en nuestra Patria, como me gustar�a...
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Creo con todo mi coraz�n que puedo carminar los otros a�os que se me permitan vivir, gracias a seres humanos como Irene que a�n en la puerta de su gran aventura tuvo tiempo para mirarme y dedicarme un peque�o adi�s que durar� en mi vida cada vez, que mi ego�smo aflore, un peque�o adi�s que me servir�, para pensar que la vida va m�s all� de aquello que est�pidamente pensamos que es la buena vida, c�mo me gustar�a que hubieran miles de Irene en nuestra Patria, como me gustar�a...
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