La llegada a Panamá de la influenza A H1N1 conocida inicialmente como gripe porcina era inevitable. Ya hay un caso confirmado por el Instituto Conmemorativo Gorgas.
Panamá por ser un centro de trasbordo está expuesto a que lleguen al país personas que han estado en países, donde esa variedad de influenza ha causado estragos.
El paciente es un joven que estuvo en Estados Unidos y ahora está en aislamiento y recibiendo tratamiento.
Lo más importante es que la población mantenga los hábitos de aseo y ponga en práctica las medidas recomendadas por el Ministerio de Salud para evitar la propagación de la enfermedad.
Hay que lavarse las manos con agua y jabón constantemente; evitar los saludos de besos y estrechones de mano y cubrirse con pañuelos desechables al momento de estornudar. Estas son medidas fáciles para evitar la propagación de la influenza A H1N1.
Nuestro país ha enfrentado ya diversas enfermedades como el hanta y el cólera y hemos podido controlarla, minimizando los efectos mortales de ellas, por lo que ahora no se espera menos.
Sin embargo, preocupa el impacto de ese tipo de gripe en sectores más vulnerables de las zonas indígenas, donde la población vive en condiciones difíciles y con la llegada del invierno hay mayor exposición a ese tipo de enfermedad. Se hace necesario reforzar las instalaciones de salud en esas áreas, distribuir pañuelos desechables e informar adecuadamente a los indígenas para prevenir los estragos que pueda causar dicho mal.