Tal y como se anticipaba en las esferas políticas, una gran parte del electorado argelino se abstuvo de acudir hoy a las urnas en unos comicios legislativos que despertaron escaso interés, pese a la llamada oficial a votar masivamente.
Según datos oficiales, la participación fue del 28.39%, casi diez puntos menos que a los comicios de 2002, en los que la cifra ascendía a 38.18%.
El primer ministro, Abdelaziz Beljadem, también llamó a la población a participar en las elecciones y criticó a quienes pedían el boicot, acusándoles de "obstaculizar nuestro anclaje en la práctica democrática".