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Enrique Gorriarán Merlo, el jefe del comando que ajustició a Anastasio Somoza Debayle el 17 de septiembre de 1980, logró hace poco un indulto en Argentina tras cumplir 8 años de prisión.
En una entrevista con El Nuevo Diario de Nicaragua dice no es para nada terrorista, sino que era parte de la resistencia que se opuso a las dictaduras en América Latina, entre ellas la dinastía de Somoza en Nicaragua. Fue capturado en México, el 28 de octubre de 1995 y enviado a Argentina.
Sobre la ejecución de Somoza. El lugar es Asunción, Paraguay, la ciudad del relato. El 17 de septiembre de 1980, se perpetró el ataque comandado por Goriarán Merlo. Somoza Debayle escapó hacia Miami, Florida, dos días antes de su caída del poder en Nicaragua el 19 de julio de 1979.
En Paraguay, adonde se estableció después de Miami, Somoza Debayle estaba bien custodiado. Era muy amigo del dictador Alfredo Stroesner. �La planificación fue minuciosa�, dice Gorriarán vía telefónica. Seis meses en Paraguay haciendo contactos, viendo cómo llegar a la hora de la hora. Enrique Gorriarán estuvo cuatro meses y medio antes de septiembre de 1980, pero Hugo Irurzún (El Capitán Santiago), una de las siete personas que participaron en el ajusticiamiento, llegó seis meses antes. Fue uno de los primeros.
Lo difícil, después de localizar la casa de Somoza, fue alquilar un sitio que permitiera vigilarlo 24 horas. La casa estaba a unas cuatro cuadras.
Gorriarán dice que fueron 10 �compañeros� los participantes en total y que se recuerde, entre ellos, estaba Roberto Sánchez, hermano de Aurora Sánchez �La Cachorra�, Hugo Irurzún (El Capitán Santiago), y Claudia Lareu.
El comando reclutó al dueño de un kiosco de venta de periódicos, dos cuadras antes de donde vivía Somoza Debayle. Fue desde la venta que avisaron el 17 de septiembre que venía. Venía en el vehículo de siempre, pero el chofer no era el mismo. �Teníamos que cuidarnos de la custodia que traía Somoza, cambiar el objetivo, y atacar el vehículo con un chofer que después supimos era de apellido Gallardo. Era la primera vez que mirábamos a ese chofer, porque el de siempre en esos días era un general suyo de apellido Genie (Samuel), que había sido jefe de la Seguridad de Somoza en Nicaragua�.
El primer cohete de Iruzún, �capitán Santiago�, estaba malo. Hubo que cambiarlo. Se hizo. El disparo de la bazuca fue certero. Ahí murió Somoza, Paraguay cerró las fronteras y empezaron a aparecer las fotos y retratos hablados de los implicados. Ni uno solo de los retratos era de ellos.
Después cruzamos Argentina, otro Brasil. Yo fui a Costa Rica y después a Nicaragua. Nos dividimos y luego nos encontramos. Fue como las películas de espías. Ofrecieron 50 mil dólares por ellos sin conocerlos. Sólo uno de ellos murió: Iruzún, quien como Gorriarán había colaborado en Nicaragua con el fin de la dictadura.
Gorriarán alega que no fue venganza, sino que Somoza era el jefe de la contrarrevolución . �Teníamos informaciones concretas. Somoza tenía arreglado con el jefe de la Policía de Honduras, un coronel Alvarez (Gustavo Alvarez Martínez), afín al somocismo, y con los militares argentinos, para retomar el poder. |
