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Según la UNICEF, la malaria mata a un menor africano cada 30 segundos. Estamos hablando de una enfermedad que está presente en más de 100 países, la mayoría de ellos ubicados en zonas tropicales. Anualmente se registran más de 300 millones de casos agudos y cerca de 1.5 millones de muertes, el 90 por ciento de ellas, en Africa.
Mientras la atención de la opinión pública está atenta a erradicar el SARS, otras enfermedades como la malaria, también están ocasionando grandes víctimas. Y es así que la Organización Mundial de la Salud hace un llamado de advertencia sobre más de 10 enfermedades de alta incidencia que se presentan simultáneamente en al menos tres diferentes países, algunas de ellas incluso en distintos continentes, como la hepatitis, el cólera, la fiebre amarilla, la tuberculosis, el dengue, el sida, el ébola y la malaria.
Según los técnicos, el riesgo de propagación de las epidemias es alto no sólo por la gran movilidad y la posibilidad de desplazamientos rápidos por el mundo, sino porque algunas de estas enfermedades se vuelven resistentes a los medicamentos y a las vacunas. Esto convierte el problema en uno de los mayores desafíos de las autoridades de salud pública.
Lo peor de todo, es que las enfermedades transmisibles, en especial las epidémicas, a menudo golpean a los países en desarrollo que carecen de medios humanos y materiales para efectuar un diagnóstico rápido y responder a los males.
A lo anterior, según la OMS, habría que sumarle que en los últimos 20 años, han sido identificadas más de 30 nuevas enfermedades transmisibles y también que han resurgido otras dolencias que se daban por desaparecidas. |
