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Hay gente que todo le molesta y todo le hiede. Son aquellos que son identificados en el barrio como el "puente roto", o sea el que nadie pasa. Estas personas sufren el síntoma del "Pitufo Gruñón", un personaje cómico que todo le molesta y, como no se lleva con nadie, recurre a molestar a la Policía para caerles encima a quienes supuestamente se meten con ellos.
En las estaciones de Policía, ya le conocen la voz y la hora a la que llama, además del tono con que exige la presencia policial en sus apartamentos. "Señor oficial, necesito que venga rápido. Hay un perro ladrando"; "Estoy llamando porque el vecino tiene el volumen del televisor muy alto", estas son algunas de las quejas que presentan.
Pareciera que no tienen nada que hacer, pues encima de todo se la pasan de vagos en la casa, dejando el peso económico del hogar a la mujer. Este tipo de personaje, en la mayoría de los casos, no tiene ningún tipo de moral para llamar a la Policía, pues se dan casos en que reclaman por alguna tontería y comete otra peor en su casa como fumar, afectando la salud del barrio y de sus propios hijos, inclusive la propia.
La Policía, como ente profesional, debe diferenciar cuando se trata de un reclamo doméstico real o de una persona enfermiza que todo le causa daño.
Si en verdad queremos a este país, practiquemos una cultura de paz, llevándonos mejor con el vecino, porque quien quita que el día de mañana sean los que nos ayuden en caso de urgencia. Señores, recordemos que la Policía tiene muchos problemas con la seguridad del país como para ponerse a pelear con un perro. �Hasta cuándo! |
