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Lunes 23 de agosto de 1999


MENSAJE
Una proposici�n indecorosa

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Hermano Pablo
Cr�tica en L�nea

La pelea fue en Port Moresby, Nueva Guinea. Dur� nada menos que cuatro d�as y tomaron parte m�s de doscientas personas. Se emplearon palos, piedras, lanzas y flechas. La contienda produjo tres muertos y doce heridos de gravedad. La polic�a detuvo a m�s de cien peleadores.

�Qu� hab�a pasado? �Cu�l era la causa de esta batalla campal? Simplemente que un hombre perteneciente a un clan hab�a hecho una �proposici�n indecorosa� a una mujer de otro clan. Y la ofendida se hab�a defendido a gritos.

Esto de que un hombre haga una proposici�n indecorosa a una mujer de su clan, o de otro clan, es delito muy grave para la sociedad de Nueva Guinea. Ellos viven en un estado semi primitivo. Casi no conocen aviones, autom�viles, radios ni televisores. Poco saben de modas o de cine, o de ideas avanzadas o del poder del dinero.

No obstante, tienen ideas y conceptos muy claros y firmes acerca del matrimonio, el adulterio y la infidelidad. Para ellos tan s�lo proponer, aunque sea veladamente, una acci�n amorosa a la mujer de otro, es motivo para la pena de muerte. El hogar, la familia, el honor de las hijas, la honra de las mujeres, son cosas muy valiosas para los indonesios, aunque parezcan de los pueblos m�s atrasados de la tierra.

Al fin de cuentas, �cu�l es el progreso de nuestra civilizaci�n blanca y cristiana? �En qu� cosas somos nosotros superiores, moral y espiritualmente, a los de Nueva Guinea?

Debemos reconocer que uno de los pantanos m�s sucios y malolientes de nuestra sociedad es el que forman todos los delitos y pecados sexuales, que a diario se cometen. Parece mentira que nosotros, los pueblos blancos y cristianos, que debi�ramos dar el ejemplo al resto del mundo, somos lo que m�s hundidos estamos en la charca de las infidelidades conyugales.

Es dif�cil cambiar la sociedad, pero es f�cil cambiar al individuo. Si nos entregamos a Cristo de todo coraz�n -con alma, mente y esp�ritu- �l nos cambia, limpia y regenera.

 

 

 

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Culminan curso de transici�n policial

 

 


 


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