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La actual ronda de conversaciones, que se celebrará en Naivasha, Kenia, es auspiciada por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), organismo formado por siete países del este africano.  |
El líder del rebelde Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), John Garang, llegó a Kenia para dirigir personalmente, por primera vez en veinte años de guerra civil, las estancadas negociaciones de paz con el régimen de Jartum.
"Vengo con la mente abierta y dispuesto a tomar decisiones importantes", dijo Garang a su llegada a Nairobi, donde se reunirá en los próximos días con el vicepresidente sudanés, Ali Osman Mohammed Taha.
Representantes gubernamentales y rebeldes llevan más de un año negociando para poner fin a la guerra civil, pero, a medida que las partes se han ido acercando a los asuntos más espinosos en las últimas rondas de conversaciones, se ha notado una ausencia de avances significativos.
Las cuestiones pendientes que impiden la consecución de un tratado de paz son las fórmulas para compartir el poder y distribuir la riqueza procedente del petróleo, que se encuentra principalmente en el sur del país, así como el dispositivo de seguridad durante el ya acordado período de transición de seis años.
Garang reconoció que un sistema para compartir el poder a nivel de la Presidencia, el gabinete de ministros, la judicatura o el Parlamento es uno de los asuntos que bloquean el acuerdo.
Las dos delegaciones tienen previsto reanudar sus conversaciones el próximo día 10, pero el encuentro preliminar entre Garang y Taha puede ser determinante para los resultados de esta nueva ronda negociadora.
En julio de 2002, ambas partes firmaron un protocolo de entendimiento que prevé la celebración en seis años de un referéndum en el que la población del sur, de mayoría animista y cristiana, decidirá si se independiza del norte musulmán.
Esta era una de las principales reivindicaciones del EPLS, que se levantó en armas en 1983, cuando el régimen de Jartum impuso la "sharia" o ley islámica en todo el país.
Posteriores negociaciones llevaron a una tregua, que ha sido prorrogada, y al compromiso de no impedir el acceso de la ayuda humanitaria a los refugiados internos. |
