Para algunas civilizaciones, el mar representa las fuerzas del mal y de la muerte.
Ayer, domingo, un bulto fue divisado flotando en la costa de la Calzada de Amador. Allí donde muchos van a comer, caminar, correr, patinar, manejar bicicleta y donde atracan cruceros de reconocidas empresas, el mal y la muerte dejaron su firma.
En la mañana, cuando el sol hacía intentos frustrados por emitir los primeros rayos y apoderarse del día, un trabajador del área vio el gran bulto que se movía con el ir y venir de las olas. Inmediatamente el hombre alertó a las autoridades.
Funcionarios del Servicio Nacional de Protección Civil y unidades de la Policía Nacional llegaron al lugar, y cuando se percataron que se trataba de un cadáver informaron a la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y a la Fiscalía.
Fueron las aguas de la Isla Flamenco la bóveda perfecta que eligieron algunos miembros del crimen organizado para depositar los restos mortales de un hombre, cuya identidad se desconocía hasta la tarde de ayer.
El cuerpo fue sacado de las aguas por rescatistas del SINAPROC y trasladado hasta el muelle de La Playita de Amador, en una lancha de la Policía Nacional.
Cuando la nave llegó a la orilla, los despojos fueron levantados de la lancha con una grúa y puestos sobre el muelle.
Cuatro orificios en la cabeza, posiblemente compatibles con arma de fuego, un ancla amarrada al pecho y otra a los pies, las manos atadas, y primeros signos de descomposición eran las características que presentaba el cuerpo que sólo estaba cubierto por un pantalón corto de color azul.
Las autoridades calcularon que el hoy occiso puede oscilar entre los 35 y 40 años de edad y que el mismo podía tener entre 24 y 36 horas que lo tiraron al mar.
El director de Operaciones del SINAPROC, Javier Castillo, manifestó que el personal a su cargo buscaba un desaparecido, pero no se trataba de la misma persona.
Los organismos policiales quedaron a cargo de las investigaciones.
Atado, ejecutado y tirado al mar
�QUIEN SERA?
El cuerpo del hombre presentaba cuatro orificios en la cabeza, posiblemente compatibles con arma de fuego. Al cierre de esta redacción se desconocía la identidad.