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Formación del Eurokickers en su última temporada en Primera División, en 2000-2001. En Segunda, le fue muy mal y quedó descendido a la Copa Rommel Fernández, pero no tiene equipo base en las distritoriales.  |
Chiriquí FC y AFC Eurokickers. �Cuál será su destino futuro?, �Estarán ambos en vías de extinción?, son las preguntas que al menos no tendrán respuestas hasta esperar los acontecimientos para dos equipos que han sido importantes durante el desarrollo histórico de la era del fútbol no aficionado de la ANAPROF.
Los chiricanos, quienes estuvieron en la primera categoría por espacio de casi siete temporadas, ahora producto de una sola victoria, un empate y seis derrotas consecutivas en el Torneo Clausura de este año, prácticamente se conocía el destino al que irían en el que, al igual que el Eurokickers, la situación económica que estuvo de la mano con la verdadera situación crítica del país, los malos resultados, la mala inversión y la falta de capacidad de sus dirigentes lo ha llevado a este final.
Chiriquí FC, en su segunda época, fue fundado en 1995 bajo la visión del ya desaparecido dirigente y empresario de origen colombiano, Enrique París, el mismo quien en 1980, y en ello refieren los documentos periodísticos de la época, junto con otros visionarios fundaron aquel Chiriquí FC con el que participaron en el segundo intento de fútbol no aficionado con la Segunda Liga Superior al que enfrentaron con elencos como el Atlético Panamá, también desaparecido.
Sin embargo, dicha franquicia, se decía, era prácticamente un embrión creado y formado por una dirigencia de ANAPROF que antagonizó con una crisis de división dentro de la familia fútbol, que llegó a la máxima categoría con qué derrotar a la también ya desaparecida Liga Nacional de Fútbol No Aficionado (LINFUNA), que tuvo dos elencos de la altiva región: Cruz Azul de David e Inter de Puerto Armuelles.
Tuvo sus resultados en la captación de una afición netamente cautiva que lo logró con un equipo que le daba unidad a su provincia, un mote de guerra como el de los "Lobos" y sus jugadores símbolos, como el veterano Fenimore Chávez y la figura juvenil de Fernando Zagal, dieron mucho por esta franquicia.
En su primera temporada, en 1995, lograron llegar hasta un meritorio séptimo lugar si bien no pasaron a la ronda de clasificación final, era como un buen síntoma. Sin embargo, con el paso de los años, la falta de jugadores juveniles, extranjeros que no darían la talla que los obligaban a irse a equipos grandes en la liga, a los que les unirían los mejores del "patio"; la falta de respaldo de la empresa privada, que se vio mucho más adicta a respaldar a su equipo de béisbol que les representaba como el conjunto ganador; técnicos con poca paciencia y faltos de resultados concretos darían como respuesta a una franquicia que podría verse destinado a desaparecer si en Segunda División, el año próximo, siguiera en esta zozobra y a ello le urgen cambios al club que preside Samuel Delgado.
El Eurokickers, en cambio, si no se da un cambio radical que lo salve de su situación administrativa y financiera, y en especial, coincidiendo con el caso del Chiriquí FC, si no cuenta con equipos base en las ligas distritoriales, su destino será evidente: la extinción.
Fundado en 1984 por idea del holandés residente y empresario, Jan Domburg, inició como equipo en la recreativa liga de la Asociación Deportiva de Colonias de Panamá (ADECOPA), y cuatro años más tarde fue uno de los equipos fundadores de la ANAPROF.
En sus años de gloria, el Eurokickers alcanzó un campeonato nacional, en 1993, goleando por 4-0 al PROJUSA de Veraguas, en Santiago. Logró dos subcampeonatos, una participación en el Torneo de Clubes Campeones de CONCACAF y siempre fue protagonista junto a los otros equipos grandes, y con varios símbolos que ahora están en otros clubes tales como José Ardines, Neftalí Díaz, Ernesto Gibson o Juan Carlos Riley, y anteriores, como Secundino González o Carlos "Chichi" Reynolds.
Pero su gloria de años llegaría a tener un mal destino a finales de la última década del siglo 20. Bajo la administración de Edgar Wong, quien haría lo posible por mantener el club a flote, se vio sumido al igual que Chiriquí FC en un mar de deudas financieras y falta de patrocinadores que lo obligaron a que sus jugadores principales tuvieran que emigrar a otros equipos, extranjeros de escasa calidad futbolística y hasta un cambio de sede a un corregimiento capitalino netamente beisbolero y apático, Betania, llevaría finalmente con resultados catastróficos a la Segunda División.
Solamente quedaría en el recuerdo a estos equipos de una era importante en la historia de nuestro balompié y urge para ellos un adecuado y serio rescate, con figuras administrativas que conozcan del juego y que sean capaces de volverlo a sacar a flote, y en ello, dependerá que tales franquicias se tengan que adentrar al fútbol de base, a las ligas distritoriales y provinciales, a fin de que no se pierda lo que se había hecho, aunque sin pensar realmente en las bases como lo tienen prácticamente casi el resto de los conjuntos del máximo circuito del fútbol panameño. |