A primera vista, el homicidio a machetazos de Enelda Camarena a manos de Humberto Venado parecía un crimen pasional común.
Pero eso cambió cuando durante la investigación se descubrieron los horribles detalles en torno al hecho.
Aparentemente, Venado hirió a Enelda con el machete, y pensando que la había matado, él mismo se abrió el abdomen para suicidarse.
Cuando vio que Enelda volvió a pararse para huir, el homcida se reintrodujo sus vísceras y la persiguió, la alcanzó y la remató. Fueron 13 machetazos.