El mundo entero recuerda hoy el aniversario 61 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que surgió el 10 de diciembre de 1948, como una reacción frente a los actos de barbarie que se dieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Para esa época, las naciones apenas se recuperaban de los horrores de la guerra, pero reconocían la necesidad de enumerar los derechos y libertades inalienables de todo ser humano sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Mucho tiempo ha pasado desde que dicho documento se firmó en el Palais de Chaillot, París, pero los 30 artículos de la Declaración siguen tan vigentes hoy como ayer.
En Panamá todavía hay situaciones que afectan los derechos humanos, sobre todo en las cárceles y en contrasentido en las víctimas de muchas de las personas que hoy viven hacinados en las prisiones del país.
Los asesinatos y desapariciones que se dieron durante la dictadura militar, aunque no se han olvidado, gracias a Dios son conductas que han desaparecido conforme se fortalece la democracia.
Aún así se hace indispensable la lucha permanente por la defensa de los derechos humanos, una tarea que no admite descanso, descuido ni negociación.