Una �poca de inestabilidad y las dif�ciles elecciones de 1936

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Dr. Celestino Andr�s Ara�z
Dra. Patricia Pizzurno

La misma crisis econ�mica que atravesaba el pa�s, unida al desempleo, y a la propagaci�n de ideolog�as nacionalsocialistas en boga en Europa, as� como las tradicionales pugnas olig�rquicas, hicieron del cuatrienio de Harmodio Arias un per�odo de gran inestabilidad socio-pol�tica y econ�mica. Pese a que el presidente supo dirigir el tim�n del Estado con inteligencia, integridad y decisi�n, hubo manifestaciones de orientaci�n comunista en el interior del pa�s que estuvieron de alguna manera relacionadas con el movimiento inquilinario de 1932 que estall� con virulencia en la capital y la ciudad de Col�n. Tambi�n se descubri� un plan para asesinar al Presidente fraguado por la misma oligarqu�a nacional, no s�lo por razones pol�ticas, sino tambi�n por el tr�fico de narc�ticos.

Tampoco los sectores medios y las capas bajas estaban de acuerdo con la pol�tica del Presidente a quien acusaban de nepotismo y de gobernar para los ricos, en detrimento de los campesinos oprimidos por los terratenientes. Igualmente aspiraban a que se aumentaran los salarios de hambre de los obreros y empleados.

Por esta �poca, Acci�n Comunal radicaliz� sus posturas y se transform� en uno de los m�s ac�rrimos cr�ticos de Harmodio Arias. Es m�s, en 1933, Demetrio Porras fund� el Partido Socialista que se opon�a a la pol�tica de Arias. Dos a�os m�s tarde, el Partido Obrero Marxista Leninista realiz� duras cr�ticas contra la situaci�n imperante en Panam�, sobre todo por su dependencia hacia los Estados Unidos.

En medio de este panorama tan perturbador se comenz� a fraguar una temprana campa�a presidencial a mediados de 1934. Aunque Domingo D�az Arosemena era el candidato natural del Partido Liberal Doctrinario, el Presidente Arias no estaba de acuerdo con esta postulaci�n. Despu�s de muchas vacilaciones Arias le dio su respaldo al Secretario de Relaciones Exteriores Juan Dem�stenes Arosemena, miembro del Partido Liberal Nacional y antiguo funcionario de los gobiernos de Chiari y de Florencio Harmodio Arosemena.

Con este trasfondo enrarecido , en agosto de 1934, el hermano del Presidente, Arnulfo Arias fund� la Coalici�n Nacional Revolucionaria, una agrupaci�n cuyo objetivo era garantizar la prosperidad del pa�s creando una conciencia nacional robusta y transform�ndose en int�rprete de las necesidades del obrero y del campesino, con el prop�sito de educarlos y organizarlos. Propon�a socializar los servicios p�blicos, construir puertos, rebajar los derechos de introducci�n, desarrollar caminos de penetraci�n, impulsar el turismo; incentivar la unidad continental; fomentar la inmigraci�n sana e id�nea para el pa�s; creaci�n de sociedades populares y patri�ticas.

Inicialmente, este movimiento declar� que no ten�a candidato , pero finalmente respald� a Juan Dem�stenes Arosemena, despu�s que la agrupaci�n se transform� en el Partido Nacional Revolucionario. Adem�s de Arosemena y Domingo D�az tambi�n se present� como candidato el ex Presidente Belisario Porras, quien pese a su avanzada edad fue postulado por el Partido Liberal Unido.

Este panorama de pugnas internas se complic� a�n m�s, cuando a mediados de 1935 el Comandante de la Polic�a Nacional y cu�ado del Presidente, Aurelio Guardia, se levant� en armas secundado por la oficialidad. Esta situaci�n provoc� la renuncia del canciller Galileo Sol�s, as� como la del propio Comandante y varios altos oficiales. Como es natural, estas pugnas ten�an un origen exclusivamente pol�tico.

Poco despu�s, tambi�n se descubri� un intento de levantamiento en contra del Presidente , organizado por Francisco Arias Paredes, V�ctor Florencio Goyt�a y Homero Ayala, en el que aparec�an involucrados empleados de la Zona del Canal.

A comienzos de 1936, el Jurado Nacional de Elecciones declar� inhabilitado al Partido Nacional Revolucionario de Arnulfo Arias , que apoyaba a Arosemena. El Presidente decidi� que fuera la Corte Suprema de Justicia la que dirimiera la controversia, pero la Corte consider� que ello constitu�a una violaci�n a la ley. Entonces el propio gobierno se arrog� el derecho de reconocer al partido en cuesti�n. La situaci�n de enfrentamiento alcanz� su cl�max , cuando el Jurado Nacional de Elecciones se neg� a reconocer los votos emitidos por el Partido Nacional Revolucionario, en tanto que el gobierno se empe�aba en declarar su validez. Entretanto, los partidos de oposici�n acusaron al Presidente de apoyar abiertamente la candidatura de Arosemena, destinar fondos p�blicos para su campa�a, as� como amordazar a la prensa y ordenar persecuciones pol�ticas.

Finalmente, las elecciones se realizaron el 7 de junio en medio de un clima de desasosiego e incertidumbre. El torneo se caracteriz�, seg�n los opositores al gobierno, por el fraude y la corrupci�n electorales, principalmente en la Provincia de Veraguas. Por ello,estas elecciones comenzaron a ser conocidas por los partidarios de Domingo D�az como el "paquetazo de Veraguas". A pesar de estas irregularidades, un mes despu�s el 7 de julio, el Jurado Nacional de Elecciones le otorg� el triunfo a Domingo D�az. Pero el gobierno no se qued� de brazos cruzados. De inmediato un decreto ejecutivo removi� a Rosendo Navarro, uno de los miembros del Jurado, pues al parecer manten�a contratos con agencias gubernamentales lo que era ilegal. Asimismo, se sustituy� a otros miembros de esta instituci�n y esa misma noche del d�a 7 de julio el nuevo Jurado Nacional de Elecciones le extendi� las credenciales como Presidente constitucional a Juan D. Arosemena. Se hizo p�blico que el candidato del gobierno le hab�a ganado a D�az por 1.765 votos.

Sea como fuere, los miembros del Jurado que hab�an sido destituidos, decidieron investir como Presidente de la Rep�blica a Domingo D�az en una ceremonia llevada a cabo en su casa y en la que participaron destacadas figuras del mundo pol�tico como Enrique A. Jim�nez, Belisario Porras y el General Manuel Quintero Villarreal. Se emiti� un comunicado a nivel nacional denunciando los malos manejos electorales del gobierno encaminados a imponer a su candidato y se declar� que los votos emitidos a su favor en las elecciones del 7 de junio deb�an ser declarados nulos.

Este comunicado provoc� una crisis a lo interno del gobierno cuando varios Secretarios de Estado, entre ellos Horacio Alfaro y Jos� Isaac F�brega, presentaron su renuncia, al igual que el Ministro en Washington Ricardo J. Alfaro. Tambi�n se produjeron enfrentamientos en La Chorrera y varios de los implicados buscaron refugio en la Zona del Canal. Se hizo un llamado a la huelga general y hubo rumores de sabotajes a los servicios p�blicos, as� como alarmas de incendios provocados. El clima de violencia llev� a Arnulfo Arias a organizar la Guardia Civil o Reserva Revolucionaria que era una tropa de choque integrada por unos 700 voluntarios decididos a defender el triunfo de Arosemena.

En su Mensaje de Gobierno, Harmodio Arias justific� su actitud se�alando que era evidente, desde el principio, la victoria de Arosemena, pero que el Jurado Nacional de Elecciones no lo reconocer�a, pues estaba integrado por copartidarios y amigos de D�az. En consecuencia, su gobierno hab�a tomado la decisi�n de reemplazar a Rogelio Navarro quien manten�a contratos con la naci�n, y cuya destituci�n ven�a siendo solicitada por diferentes sectores desde tiempo atr�s.

Se�alaba el Presidente que pese a las denuncias de coacci�n, fraude y corrupci�n electorales presentadas por ambos bandos contendientes, la verdad es que no hubo derramamiento de sangre. Por otra parte, declar� que aunque m�s del 60% de los empleados p�blicos apoyaban la candidatura de Domingo D�az , no hab�an sido amenazados ni molestados. Ello era prueba fehaciente de la imparcialidad del gobierno.

Sea como fuere,en octubre de 1936, asumi� la presidencia Juan Dem�stenes Arosemena quien no lleg� a completar su mandato pues muri� en el ejercicio del poder en diciembre de 1939.

 

 


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