Brilla el cementerio de vampiros y malabares

Por: Katherine Benítez /EVA -

Destreza, agilidad, equilibrio y malabares reinaron en el Megapolis Convention Center, gracias al “show” The Vampires Circus.

Desde tempranas horas de la noche, grandes y pequeños se dieron cita para sorprenderse con el acto circense, el cual por primera vez se presenta en Latinoamérica.

Las personas eran recibidas por vampiros, quienes les regalaban colmillos, o simplemente los perseguían para morder el cuello, pues según ellos, la sangre de los panameños es la mejor.

La tarima fue recreada en un tenebroso cementerio del cual se desarrollaba cada una de las historias.

Tenebrosos payasos y vampiros iniciaron el espectáculo al ritmo de una intrépida coreografía llena de sobresaltos, cuerdas y fuegos.

El primer acto estuvo a cargo de una hermosa y escultural vampira, quien al ritmo de la música giraba varios aros metálicos con su cuerpo, metiéndose en cada uno de ellos de una forma impresionante.

Luego se desarrollaría uno de los mejores actos de la noche. Al ritmo de tango moderno, una pareja de vampiros colocaron en el medio de la tarima dos “rines”, uno acostado y otro parado. En estos se colocó una tabla sobre la cual se montó el escultural vampiro y encima de este la linda vampira. El público gritaba del miedo porque ambos sucumbieran ante el equilibrio. Caras de suspensos y miedo se reflejaron en la sala. Pero allí no terminaría el acto, pues para sorprender aún más agregaron al acto dos rines, lo que causó euforia en los presentes y elevó la adrenalina. Para su sorpresa todo salió a la perfección y recibieron ovación y aplausos de los presentes.

Las escaleras serían el elemento perfecto para el siguiente acto presidido por una dama. Como toda una diva del equilibrio, colocó una escalera, subiendo y bajando a su antojo e introduciéndose en sus espacios, sin ningún tipo de apoyo, como toda dueña y señora del equilibrio.

Cuatro damas vestidas de época custodiaban a una vampira tapada con una capa roja, la cual luego tomó del centro del escenario una tela con la cual desde las alturas hizo diversas maromas, retando las alturas en todo momento sin ningún tipo de miedo, simulando muchas veces su caída y sorprendiendo con su agilidad.

Un dúo de vampiros al ritmo de tambores realizó con cuerdas en manos malabares con objetos como latas y cigarros, para posteriormente darle paso a un minivampiro, quien a través de maromas con bolas hizo gozar a los presentes.

A lo largo de la noche, el público exigía más y es por ello por lo que los vampiros siguieron complaciendo con actos en los que las cadenas, el fuego, gigantes ruedas, flechas y dagas estuvieron a la disposición de la noche, causaron gusto, emoción y suspenso en todo momento, para el agrado de los presentes.

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