Manzanillo, otro balneario mexicano que sufre ataque

Con el hallazgo de siete cadáveres mutilados en un taxi, Manzanillo, en el oeste de México, se convirtió en el tercer balneario turístico del país víctima del crimen organizado esta semana, tras los mortíferos tiroteos de Cancún y Playa del Carmen.

Los siete cadáveres fueron hallados la madrugada del sábado en un taxi abandonado en la carretera que va de Manzanillo, un polo turístico del estado de Colima que atrae a muchos estadounidenses, a Cihuatlán, en Jalisco.

Las autoridades realizan "las pruebas científicas para lograr la identificación de los cuerpos", indicó un comunicado de la fiscalía de Colima sin dar más detalles.

"Lo que encontramos es que están mutilados, al parecer decapitados, y entre ellos hay una [víctima] femenina", dijo a la AFP Carlos Heredia, comandante de la policía municipal de Manzanillo, al explicar que en los vidrios del vehículo había un mensaje firmado por el poderoso cártel Jalisco Nueva Generación.

De acuerdo con registros de la policía de Manzanillo, en los últimos seis meses se han incrementado sensiblemente los asesinatos como parte de disputas internas en Jalisco Nueva Generación.

El 16 y 17 de enero, seis personas fueron asesinadas a balazos en Manzanillo en tres hechos distintos que, según las autoridades, podrían estar relacionados con la delincuencia organizada.

Y el 2 de enero, en la carretera que va al puerto de Tecomán -vecino de Manzanillo-, las autoridades hallaron un cuerpo mutilado en bolsas de plástico afuera de una finca.

Jalisco Nueva Generación ha logrado amasar unos 50.000 millones de dólares, según estimaciones del gobierno mexicano, y ha protagonizado espectaculares ataques contra las fuerzas federales.

En marzo y abril de 2015, este cártel abatió a 20 policías en dos emboscadas separadas en Jalisco. En mayo de ese año, con un lanzagranadas derribo un helicóptero militar, dejando un saldo de 20 soldados y una policía muertos.

- El Caribe mexicano, en la mira -

A inicios de semana, el tranquilo estado de Quintana Roo (este), una de las zonas favoritas de turistas europeos, canadienses y estadounidenses en el Caribe mexicano, vivió dos jornadas de horror con dos ataques a balazos que dejaron nueve muertos.

Tres extranjeros y dos mexicanos murieron tras un tiroteo el lunes en el bar Blue Parrot de Playa del Carmen, donde se celebraba la clausura de un festival de música electrónica. 

Y el martes, un ataque armado contra instalaciones de la fiscalía estatal -a unos siete kilómetros de la zona hotelera de Cancún- hizo que efectivos del contiguo centro de operaciones de la policía repelieran el fuego, en un tiroteo en el que murieron un policía estatal y tres delincuentes.

Según las autoridades, ambos ataques podrían estar relacionados y se investiga si se trata de pugnas entre cárteles que se disputan el territorio, ajustes de cuentas entre ellos, o intereses de políticos coludidos con el crimen.

Con estos ataques, que conmocionaron a pobladores y turistas, se rompió la paz en una región que, contrariamente a otras zonas del país, había estado libre de la violencia generada por el narcotráfico.

Según cifras oficiales, Quintana Roo registró 5,36 homicidios por cada 100.000 en 2016, una cifra que contrasta con los 72,45 de Colima, que exhibe el índice más alto del país.

Gustavo Nieto, comandante militar en la Península de Yucatán, dijo a medios locales que un nuevo "cártel independiente" está operando en Cancún y la zona del Caribe, pero que la reciente violencia "no tiene nada que ver" con grupos que actúan en otros destinos turísticos como Acapulco.

Ese puerto, otrora balneario favorito de celebridades y localizado en Guerrero (sur) -uno de los estados más violentos por la presencia de bandas del narcotráfico-, ahora es considerado la capital de los asesinatos en México, con 111 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015.