Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

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Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

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Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Ajedrez político, redes sociales y ‘millennials’

Por: Juan Pritsiolas Crítica -

Panamá tiene una ausencia de liderazgo, y pese a que en el 2019, el 39% de los votantes serán de la llamada generación “millennial” (de 18-35 años), que se despierta y sueña con las redes sociales, los partidos parecen no comprender que el juego y la forma de hacer política variaron.

Cambio Democrático estaba muerto en materia de dirigencia. Todos estaban en desbandada, con una bancada cobarde y su indiscutible líder, Ricardo Martinelli, en Miami e inhabilitado para el 2019. Pero los "genios" de la persecución oficialista acaban de crearle un candidato: José Raúl Mulino. 

Hasta el jueves, los precandidatos del CD no eran ni chicha ni limonada. Mulino desde prisión demostró coraje y salió de la cárcel para demostrar que tiene  "Fidanques y Toledanos". La gente reconoce su valentía, pero él debe moderar su discurso y no caer tan fácilmente en la trampa de la provocación porque sus adversarios saben que es un tipo de mecha corta: ¡explota rápido! Y si no maneja eso, pueden explotar él y sus aspiraciones.

En el PRD, partido con una pluralidad de figuras, el llamado relevo generacional que pregonó Torrijos se quedó congelado en la máquina del tiempo. Son las mismas figuras de hace décadas las que aspiran a una candidatura presidencial: Ernesto Pérez Balladares, Martín Torrijos y Laurentino Cortizo.

Pero cualquiera puede aspirar, el asunto es llegar. Las encuestas internas del PRD revelan que Zulay Rodríguez es la que mejor marca. Sin duda que es una de las pocas voces opositoras en la Asamblea Nacional y eso le rinde rédito. Luego en el sondeo le siguen Cortizo, Gerardo Solís, Pérez Balladares y Martín Torrijos.

Sin embargo, el PRD en su conjunto tiene un problema de identidad. No se sabe si es oposición o gobierno.

La facción de Martín Torrijos es como esa especie de plátano boboré, aliada al presidente Juan Carlos Varela. Su candidatura sería vista como una continuación del oficialismo, en un país donde desde 1989 el Gobierno no logra la reelección.

En el panameñismo apuestan por Adolfo "Beby" Valderrama y Carlos Duboy. José Blandón es más calculador y preferiría esperar otro periodo. Las opciones del colectivo oficialista son remotas porque es casi imposible que un gobierno repita. 

La facción del poder económico que hoy maneja los hilos del poder tras bastidores apuesta a varios escenarios que pasan por unir el agua y el aceite: PRD y panameñismo. Su primera opción es Martín Torrijos, y luego Federico Humbert, ambos con un panameñista como vicepresidente.

Los análisis 

Análisis preliminares revelan que el exmandatario o el contralor no suben la loma. En el grupo Motta no hay nadie de la familia que tenga aspiraciones políticas, pero intentarían incluir a una de sus fichas en la nómina. De salida suena el exviceministro de Hacienda Miguel Heras Castro, graduado de economista en The Wharton School y quien ya en los comicios del 2009 fue uno de los considerados inicialmente para formar parte de la nómina de Balbina Herrera. Otra figura sería Ana Matilde Gómez, la exabogada del Banco Continental.

  En el escenario aparece la izquierda con el Frente Amplio por la Democracia (FAD), que busca capitalizar el descontento popular con los que ellos denominan "mafiocracia".

Los puestos de inscripciones del FAD se observan llenos de jóvenes de estratos populares; ya suman 20 mil adherentes en 25 días. El movimiento madura, es el que mejor explota las redes sociales vía Frenadeso, pero algunos sectores consideran que deben disminuir en cierto grado el radicalismo, sin que ello implique renuncias a principios.

Un millón 118,49 votantes menores de 35 años

Un millón 118 mil 49 votantes de entre 18 y 34 años habrá en los comicios del 2019, entre ellos 71 mil 614 de 18 años; 71 mil 25 de 19 años; 342 mil 939 de 20 a 24; 321 mil 839 de 25 a 29 y 310 mil 632 de 30 a 34. El total de los que podrán ejercer el sufragio en tres años es de 2 millones 861 mil 318 ciudadanos.

  La influencia de los milénicos es un fenómeno que deben contemplar los estrategas. La pila de cromañones políticos en el escenario actual deben entender que la forma de hacer política cambió. El que mejor pueda predecir el impredecible mundo de las herramientas digitales tendrá gran ventaja, sin olvidar una vieja premisa: los votos se ganan en las calles; los líderes no se fabrican, se hacen.

Revolución digital

Para controlar el mundo digital hay que abordar Facebook, YouTube, Instagram, SnapChat, Twitter, aplicaciones de mensajería, “bots”, realidad virtual, Newsletter, "Breaking News", las métricas para medir impacto y otras que irán surgiendo y que hoy ni siquiera imaginamos.

Es una revolución digital que ni la gente que se mueve en ese ambiente puede predecir. Cambia en un momento y las audiencias son diferentes. ¿Pueden los políticos tradicionales entender eso? Lo dudo porque hasta en los propios medios de comunicación es difícil la asimilación.

Los políticos y el denominado poder económico deben abrir la mente y comprender que el panorama ya no es el mismo; el nivel de influencia de los medios tradicionales de comunicación -televisión, periódicos y emisoras- no es igual que antaño. La información se democratizó; el monopolio u oligopolio informativo se rompió. La información ahora está al alcance de un teléfono móvil, hasta la computadora de escritorio es cosa del pasado. ¡Negar eso es engañarse!

La lucha de los cuatro hijos de Mulino para denunciar el arresto del exministro fue una prueba de ello. El bloqueo informativo que les hicieron algunos medios no funcionó; ellos le ganaron la batalla a todo el Gobierno en las redes sociales.

Allí está igual el accionar de Frenadeso, que con su Twitter y plataforma digital revela información contra todos y son una referencia. Nadie se salva –ni nosotros- de sus dardos y petardos; ellos rompen y denuncian el bloqueo informativo nuestro y del resto de los medios. “La Prensa” no divulgó la totalidad de los #PanamaPapers, a pesar de tenerlos desde hace un año en su poder, y ese colectivo, en menos de dos semanas, los obtuvo y los subió al mundo cibernético. 

Sin embargo, también es cierto que hay una brecha digital en Panamá. Hay mucha tecnología, pero poca comprensión.

  Políticos y medios deben entender que la audiencia -sobre todo los jóvenes- no viene a buscarnos, sino que hay que buscarla. ¿Será capaz de hacer eso un candidato “catriboleao”? Creo que es difícil, por eso debe contemplar una figura joven en su nómina o un equipo joven que comprenda el escenario. 

No es necesaria una gran plataforma, sino mística y empeño. Pongo el ejemplo de “Crítica”: el "equipo" de redes sociales directo son "tres gatos". Tres mujeres que están a cargo y se enfrentan de tú a tú con la competencia de otros diarios y televisoras que tienen en promedio 12 personas y toda clase de recursos. ¡Es la gente más que la plata. Es tener la mente abierta y no contar con enanos mentales como jefes, que prohíben pensar y que tienen miedo de tomar una decisión si no cuentan con el visto bueno oficial! ¿Que nos equivocamos?, claro, pero lo reconocemos y corregimos. No somos infalibles ni nos creemos los dueños absolutos de la verdad.

Ingenio y chispa son la clave para manejar el mundo de las redes sociales. Hoy el área digital en los medios de comunicación es un barril sin fondo porque consume un buen presupuesto, pero los ingresos en el caso de los impresos son de apenas el 5% de la totalidad y en las televisoras del 10%, en un mercado ya de por sí deprimido.

¿Y le generación Millennials?

Frente a ese escenario de políticos de vieja data, pocas son las figuras de la llamada generación “millennial” o cercanas a ellas que se proyectan en el escenario político. En el PRD, el que más suena es Nicolás González Revilla Paredes, el hombre que manda en Medcom y Cable Onda. “Nicolino” –como se le conoce- hizo amagos para entrar al CEN del partido de Omar, pero se replegó. Cuenta con un MBA en Administración de Empresas del Incae y un diplomado en mercadeo del Boston College. A través del patrocinio deportivo y al apoyo a la fundación de Héctor Brands, se promueve políticamente.

Su competencia del otro canal, Miguel Heras, sería otro de los “millennials”. Ya fue funcionario en un gobierno del PRD, pero ahora es una de las fichas claves de Stanley Motta.

Una eventual aspiración de los dos para integrar nóminas presidenciales representaría una fractura política de una facción del poder económico y televisivo representado por los Motta y los González Revilla, que hoy comparten sociedad en varios negocios.

En las filas del CD no hay muchos “millennials” de cartel, salvo figuras como los abogados Rómulo Roux -algo ya pasadito de edad-, Candice Williams y el exviceministro Luis Eduardo Camacho Jr.

En el panameñismo, los cuadros son los mismos: “Beby” Valderrama, así como Carlos Duboy y Melitón Arrocha, los dos últimos conectados indirectamente con el grupo Motta.

¿Y Varela?

Pero con miras a los comicios del 2019 y ante la falta de respuestas y desencanto temprano de la población con el Gobierno, falta ver cuál es el proyecto particular del mandatario Juan Carlos Varela.

Hay quienes vaticinan que Varela estará tan asfixiado políticamente que a último momento sacará de la manga la carta de la constituyente para tratar de evitar el cobro de facturas, de ganar Cambio Democrático los próximos comicios.

Las encuestas internas de todos los partidos revelan que el CD –a pesar del ventilador de porquería que le encendieron- sería el colectivo a vencer en el 2019.

Pero un gobierno con el desgaste tan acelerado como el que sufre Varela difícilmente podrá lograr apoyo popular para una nueva Carta Magna y una derrota en un proyecto de tal magnitud sería como exhibir la soga en la casa del ahorcado. ¡El Gobierno quedaría sin piso ni techo!

Así las cosas, habrá que esperar cómo se mueve el ajedrez político, cómo se preparan los partidos para enfrentar una campaña muy digital para conquistar el voto joven, pero comprender además que los líderes no se fabrican y los galones se ganan en la lucha callejera. Aunque parezca una contradicción a todo lo planteado, tampoco se puede olvidar el contacto cara a cara: hay un millón 743 mil 269 votantes viejos, que quedan por conquistar.

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