Constituyente: salvavidas de Varela

Agobiado por la crisis, el mandatario Juan Carlos Varela acaricia la idea de convocar a una constituyente paralela que estaría conformada por 60 integrantes, reveló una fuente política.

Hay información de que existe un reclutamiento silencioso. Desde junio se trabaja en esa línea, a pesar de que Varela había dicho que no existía consenso para esa iniciativa, pero el viceministro de la Presidencia, Salvador Sánchez, revisa el proyecto propuesto en el 2012 por una comisión de notables designados por el entonces mandatario Ricardo Martinelli.

Para algunos, la idea de Varela es comprar tiempo con la constituyente y que pueda darle un respiro a su gobierno que sufre un severo desgaste y no tiene mayor respaldo político, salvo el de los jefes militares a los que acaba de premiar con jugosas jubilaciones.

El mandatario alega que no ve la constituyente como una competencia política, sino por consenso.

Varela parece ya estar claro en que está en un túnel oscuro e improvisa salidas, como el merecido aumento a los funcionarios que ganan menos de $600, pero que no contempló en el proyecto de presupuesto que apenas hace mes y medio presentó a la Asamblea Nacional y que ni siquiera ha sido aprobado en primer debate.

La constituyente paralela le daría a Varela un elemento de distracción de entre 19 y 21 meses. Si la convoca en octubre, el paquete pudiera ser sometido a referéndum en abril del 2018, pero además existe el riesgo de que todo el trabajo que se haga sea rechazado por el pueblo debido a la baja popularidad del gobierno actual.

Sin embargo, grupos como Frenadeso y panameñistas como Carlos Guevara Mann sugieren una constituyente originaria con poder para barrer con todo.

El organizar la elección de una constituyente paralela, le tomaría al Tribunal Electoral unos seis meses. Esa Asamblea estaría integrada por 60 panameños representativos de todas las provincias y comarcas; se permitirá la postulación partidista y la libre postulación. En ningún caso, las decisiones que adopte tendrán efectos retroactivos, ni podrán alterar los periodos de los funcionarios electos y designados que estén ejerciendo su cargo al momento en que entre en vigencia la nueva Carta Magna.

La constituyente paralela tendrá un periodo no menor de seis meses ni mayor de nueve meses, para cumplir con su labor. El Acto Constitucional será sometido a referéndum en un periodo no menor de tres meses, ni mayor de seis meses. Carlos Guevara Mann sostiene que la constituyente debe ser originaria, porque el pueblo es soberano y puede barrer todo el sistema en momentos de urgencia y necesidad como los que vivimos hoy.

Según Guevara Mann, el sistema político actual está totalmente descompuesto y no solo por este gobierno en particular. Hoy la estructura política no resuelve, sino que recicla los problemas.

El panameñista Guevara Mann destaca que especialistas en materia constitucional opinan que pretender restringir las atribuciones de la constituyente equivale a desvirtuarla y convertirla en una caricatura.

La Comisión de Notables que designó Martinelli trabajó por nueve meses y produjo un proyecto de 590 artículos (casi 200 más que la actual) y 25 disposiciones transitorias.

Se reformaba la designación de los magistrados y proponía aumentar a 12 el número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia y la creación de una Corte de Constitucionalidad que tendrá siete magistrados nombrados por 20 años.

Se reducía competencias al Órgano Ejecutivo, creaba el Tribunal Supremo Electoral y la Autoridad del Agua. Se elevaba a rango constitucional a la Caja de Seguro Social, se prohibía la postulación a más de un cargo de elección popular, el parentesco entre titulares y suplentes a un mismo cargo, que los diputados no puedan reelegirse inmediatamente y que la esposa del presidente en ejercicio no pueda sucederle en el cargo.

Juan Carlos Varela es un hombre al que le gusta llegar al límite del tiempo, pero ya debe saber que está excedido en el reloj. La percepción y muchas veces realidad de que su gobierno es lento, ya no se lo quita nadie. Sus opciones se agotan y su gobierno también.