El detonador Cedeño

Celos, rencores y explosivas denuncias giran en torno al caso del mayor Álex Cedeño, generando turbulencias en los estamentos de seguridad y puesto al descubierto la existencia de grupos de uniformados que se joden unos a otros, dependiendo quien esté controlando el poder.

Cedeño, el oficial con placa 0815, tras ser indagado esta semana por 19 horas: desde las 9:00 a.m. del lunes a las 4:30 a.m. del martes, fue enviado de su arresto en una instalación del Senafront, en Corozal, a La Gran Joya.

Esa acción fue el detonante para que el exjefe de la Unidad de Asuntos de Fronteras de la Policía Nacional divulgara temas sensitivos: corrupción, negociados de oficiales del Consejo de Seguridad, ejecuciones de uniformados, así como lavado de dinero por parte de empresas deportivas, bancos y financiadores de campañas políticas, en lo que se denomina la operación “Rastro Verde”.

Un oficial retirado comparó –proporciones guardadas- los dichos de Cedeño con las revelaciones que detonó Roberto Díaz Herrera, en junio de 1987.

Díaz Herrera evitó ayer abordar el tema y prefirió esperar a tener un mejor panorama para pronunciarse.

Algunos informes reportan que la Operación “Rastro Verde” fue puesta del conocimiento de la procuradora Kenia Porcell, así como de los fiscales antidrogas, Markel Mora y Julio Villarreal, en una reunión que hubo el 14 de marzo de 2016 en el salón de conferencias de la Dirección de Inteligencia Policial.

La documentación que estaría en manos de fuentes norteamericanas indica que empresas que representarían a una decena de reconocidas marcas, guardan relación a operaciones de lavado de dinero en tres bancos.

Álex Cedeño fue detenido el 24 de octubre cuando su grupo realizaba una operación antidrogas en un hangar en Llano Bonito. Llegó la gente del Consejo de Seguridad que comanda el comisionado Rolando López y ejecutó la incautación de 100 kilos de cocaína.

Cedeño, con 17 años en la Policía, condecorado tres veces por este y anteriores gobiernos; y otra por el mejor Policía del Mundo, Óscar Naranjo, tras la captura de David Murcia Guzmán, fue dado de baja en una extraña junta disciplinaria la noche del 3 de noviembre al vincularlo a irregularidades en operativos antidrogas y denigrar la buena imagen de la Policía.

A Cedeño le tienen dos expedientes, uno por el Sistema Penal Acusatorio y el otro por el Inquisitivo. Sus casos han sido como una papa caliente y desde octubre a la fecha, cerca de 7 agentes de instrucción diferentes han manoseado sus expedientes.

La sumaria que lo llevó a La Joya es obra del fiscal Marcelino Aguilar y en su caso por asociación ilícita sostiene que el oficial le pagaba con droga a un informante de las Farc, que permitió ejecutar las operaciones “Tripulante” (septiembre de 2015), “Lancero” (julio 2016), una en Puerto Gago (2016) y “La Barracuda”, que se desarrolló en isla Paridas.

Cedeño comandaba la Unidad de Frontera de cerca una veintena de miembros. Él alega que estaba tras operaciones del Clan del Golfo, de alias “Otoniel”. Dos meses antes de caer en desgracia, el oficial estuvo en Colombia y se reunió con altos cargos de la Dirección Antinarcóticos de ese país.

En sus declaraciones, Cedeño afirma que todas sus operaciones eran de conocimiento de los fiscales y hasta del jefe de la estación de la CIA en Panamá.

Álex Cedeño jura y perjura que es víctima de un caso armado desde el aparato de seguridad del Estado.

Su abogado Roniel Ortiz reveló que Cedeño desarrolló una incursión en el edificio donde reside el presidente Juan Carlos Varela, donde había armas y fuertes sumas de dinero. El operativo se hizo el 6 de junio de 2015 y aparentemente generó malestar del mandatario.

En una carta difundida tras su reclusión en La Gran Joya, Cedeño adelantó que tiene "muestras de corrupción" resguardadas en diferentes puntos de Panamá y el extranjero, que logró acumular a raíz de sus más de 150 operaciones contra organizaciones narcotraficantes y terroristas, y labores de contrainteligencia, financiadas por la CIA.

Según el mayor, llegó a descubrir "el gran lavado de dinero que existe de manos de las más reconocidas marcas deportivas, sus bancos donde depositan a diario y los pudientes financiadores de campañas políticas que hoy se encuentran libres".

Reveló que con su antigua enlace en la CIA observó un presunto negociado que tienen oficiales del Consejo de Seguridad Nacional y otras instituciones públicas, detrás de las incineraciones de la droga que se realizan en la provincia de Coclé".

El mayor mencionó a "ciertos oficiales y unidades sumamente corruptos y activos dentro en Chiriquí, desde donde incluso se han ordenado ejecuciones de uniformados ligados al narcotráfico entre propios miembros de la institución", cuyos cuerpos no han sido descubiertos.

Álex Cedeño alega que el "ensañamiento" en su contra se remonta a los tiempos en que Rolando López estaba como subdirector del Servicio Nacional de Migración por ordenar el uso de un celular BlackBerry 9900 asignado al comisionado, y que era pagado por la CIA junto con 50 otras líneas asignadas a la Unidad de Frontera.

Cedeño relató que consultó con la CIA para que todas las cuentas fueran reunidas bajo dos contratos con Movistar y Cable and Wireless, y se incluyera la línea de López. Luego de esto, señala el mayor, un molesto López lo convocó a su oficina y ahí lo acusó de que se había prestado para que la CIA le interviniera su celular.

Rolando López estaba furioso porque quería que le dieran carta abierta para el consumo de minutos y data. Además, cuenta que meses después, le envió reiterados mensajes a través del teniente Luis Magallón, en el siguiente tono: "dile a ese capitancito que algún día me la paga".

Lo cierto es que esta semana no pasaron ni 24 horas de las graves revelaciones que hizo el mayor Cedeño para que lo retornaran a la sede del Senafront. Es probable que alguien sopesó que si le pasaba algo al oficial en La Gran Joya, todas las sospechas caerían sobre el Gobierno.

Aunque inicialmente la defensa informó que la jueza de garantías Josefa Monfante fue quien ordenó el retorno al Senafront, el Órgano Judicial aclaró que el “señor” Cedeño mantiene procesos activos, bajo las reglas del Sistema Penal Acusatorio, y de acuerdo al Sistema Inquisitivo.

Una de las causas inició en la Fiscalía de Drogas, pero fue remitido a la Fiscalía Primera Contra la Delincuencia Organizada, un juez de garantías ordenó el 17 de noviembre un depósito domiciliario en la sede del Senafront, por la supuesta comisión del delito contra la salud pública y esa medida cautelar no ha variado.

La otra causa que se inició en la Fiscalía Primera contra la Delincuencia Organizada, es por asociación ilícita para delinquir y fue el fiscal quien ordenó la detención preventiva en un centro penitenciario. La decisión del Ministerio Público, de que el arresto se cumpla en La Gran Joya no es competencia de un Juzgado de Garantías, sino de un Juzgado de Circuito Penal de la liquidación del sistema inquisitivo.

Aparte de eso, la defensa de Cedeño interpuso un habeas corpus cuyo ponente es el magistrado Cecilio Cedalise, que se adelanta bajo el Libro IV del Código Judicial y no el Código Procesal Penal (SPA).

Para un analista, el gobierno varelista dio esta semana dos reculadas para desactivar dos casos explosivos que se le juntaron: el de Cedeño y el de Ramón Fonseca Mora. Ambos afectaban al jefe del Ejecutivo. “Para desviar la atención” se fueron contra el expresidente de la Fepafut, Ariel Alvarado.

Al mayor Cedeño ya le montaron una operación para ablandarlo, utilizando las redes sociales, donde se le presenta como un torcido “narco exmayor” que comandaba una pandilla. Esos reportes califican de montaje la operación “Rastro Verde” para involucrar a empresarios “serios”, al mandatario Varela y jefes de estamentos de seguridad. Hasta los diarios de Epasa, los mencionan en la trama digital.

Frente a ese escenario hay que estar pendiente para ver cómo se desarrollan los acontecimientos y si en verdad explota alguna información desde los enlaces que aduce tener el exjefe de la Unidad de Frontera entre los “Halcones” de Langley. ¡Acá en Panamá, lo mejor que puede hacer el Gobierno, es garantizar la seguridad de Cedeño, tras sus detonantes afirmaciones.