"El Solitario" de Dorindo Cárdenas

Es por eso que, supongo, la pieza ha atraído a interpretes de géneros distintos, que muchas veces no tienen nada que ver con la música tropical.

Por: José María Torrijos Legazpi -

La versión original de “El Solitario” se grabó en 1989, en el disco del mismo nombre editado por Indica. El conjunto ha grabado este tema varias veces después, para Discos Tamayo y Discotienda Sophy.

Es curioso cómo “El Solitario”, una canción tan breve en su letra, tan simple  en su estructura (solo tiene dos acordes: sol menor y re mayor), y escrita por un humilde hombre de Agua Buena de Los Santos  que no terminó su educación básica, Dorindo Cárdenas, puede ser tan profunda, poética y existencialista. 

Según el propio Cárdenas ha contado, la canción nace en un momento de mala racha en su vida: Un día que se va a su finca en Tonosí, Los Santos, para escapar de las tribulaciones y de ahí surgió el tema. Incontables los casos de los artistas que, en los momentos más bajos de su ida entregan sus obras más perfectas.

“El Solitario” pudo surgir como una cumbia, sin embargo, “El Poste de Macano Negro” escribió una canción que refleja un sentimiento universal, que le llega a cualquiera, pues se trata de un grito de desesperación de alguien abrumado por las desgracias de la vida. ¿Quién no se ha sentido alguna vez así? Eso le pasa al salsero, el roquero, el tipiquero y al oyente de cualquier género musical; eso le sucede a cualquier ser humano.

Es por eso por lo que, supongo, la pieza ha atraído a intérpretes de géneros distintos, que muchas veces no tienen nada que ver con la música tropical.

El típico no se caracteriza por letras profundas, mucho menos extensas. Se le escribe al amor (en todas sus variantes, de pareja, prohibido, imposible, filial, etc.), a la patria chica (sea cual fuere, dependiendo del músico), de la belleza de la mujer, y a los Carnavales y la parranda, principalmente. No soy experto en este género, pero son pocas las canciones que se salen de estas temáticas. Incluso, me atrevo a decir que aquellas canciones que gozan de cantidad de versos, generalmente son temas colombianos (vallenato) o de otros géneros (balada, bolero o valses peruanos, por mencionar algunos ritmos).

No soy el único que piensa así. Recuerdo una anécdota en la que Eduardo “Balito” Chan (ingeniero de sonido y guitarrista, dueño de Panavox, estudio de grabación que registró la gran mayoría de la música popular de Panamá de la segunda mitad del siglo XX), reclamaba que el típico no había superado el “escribirle a la banquita de la plaza del pueblo”.

La primera estrofa es la que mayor nivel poético alcanza. “En mi vida yo nunca he sido feliz/ Las estrellas me iluminan al revés”. Simple, pero ingenioso y sentido. Por si fuera poco, Dorindo nos da una lección de idioma unas cuentas líneas más adelante “vivir triste y herbolario”. Herbolario, no es una palabra común, mucho menos fácil. No tiene que ver con hierbas. Es un arcaísmo que quiere decir que alguien está loco (en la letra de la canción está el enlace a la Real Academia de la Lengua). ¿Cuántas canciones de la música popular panameña se pueden jactar de su buen uso del idioma, de su nivel de poesía?

El primero que reeditó el tema fue Alfredo Gutiérrez. Este hecho es clave en la historia de “El Solitario”: El acordeonero, quién sabe a razón de qué, decidió añadirle letra al tema y rebautizó la composición de Dorindo Cárdenas como “Diario de un Borracho”. El cambio de nombre, seguramente, se debió a que ya Gutiérrez tenía una canción con el mismo nombre de la pieza del santeño. En 1968, editó el LP “Bravísimo del Acordeón”, el cual tenía como tema de apertura una canción llamada “El Solitario”.

Tal como su nombre lo dice, “Diario de un Borracho”, cuenta la historia de un beodo. Quizás será la versión más famosa (si revisamos las otras grabaciones, todas toman como base la composición de Guitiérrez), pero, bajo mi punto de vista, el colombiano le hizo flaco favor a la obra de “El Premier”.  “Diario de un Borracho” carece de la poesía que escribió Dorindo. Los versos que le agregó son burdos y carentes de lirismo. Básicamente, lo único que dejó de la obra original es la melodía y unos cuantos versos.

Curiosamente, esta es la versión modificada la que más se conoce en todo el mundo. Debido a que Dorindo, por mucho tiempo no registró la autoría de sus composiciones, muchas veces se acreditó “El Solitario” como una obra de Alfredo Gutiérrez.

Por extraño que parezca, en 2013, Gutiérrez grabó un tema titulado “Diario de un crudo” (crudo, en muchos países, es lo mismo que borracho). La canción, si bien es más jocosa, tiene la misma temática. Aunque con un tempo más rápido, hay una parte de la melodía que se parece levemente a la de “El Solitario”.

Además de la versión de Gutiérrez, “El Solitario” (o Diario de un Borracho) ha sido grabada por decenas de artistas, como ya he dicho, en su mayoría con la letra que añadió el colombiano.

Sí, quizás el ejemplo que muchos recordarán de buenas a primeras es el de Enrique Bunbury, que incluyó la pieza en su disco “Licenciado Cantinas” de 2011 (en Panamá su versión se hizo conocida cuando se denunció que en el álbum se acreditaba a Gutiérrez y no a Cárdenas como autor). También hay otras como la de “Los Doberman”, un proyecto de Emilio Regueira ajeno a “Los Rabanes”, que en 2010 sacó un álbum. La composición de Dorindo fue el único sencillo oficial de esta banda representada por dibujos animados (muy al estilo Gorillaz!). Curiosamente, aunque es un grupo panameño, la letra utilizada en esta versión tampoco es la original (aunque tampoco es la de la versión colombiana).

Esta versión, una fusión de ritmos con base rítmica similar a los del reguetón, solo tiene un cambio: En el coro, supongo que por lo inusual de la palabra, se cambia la palabra herbolario por solitario.

De todas, la versión más fidedigna a la de Dorindo Cárdenas es la que grabaron Samy y Sandra Sandoval a mediados de la década del 2000. En aquella época, Sony Music editó un disco homenaje a “El Poste de Macano Negro”. Los hermanos Sandoval participaron del acoplado con “La Solitaria” (la única versión femenina que, al parecer, se ha hecho de la letra).

Pero aún hay más: También de 2010, como la versión de Los Doberman, el grupo mexicano Los Estrambóticos (conocidos por estos lares con la canción “La Cerveza y el Dolor”) sacó un disco con versiones de temas de otros géneros ajenos al rock titulado !!Puro Macanazo!! (sic). El álbum cierra con “Diario de un borracho”. Está de más decir que la letra que utilizan es la de Alfredo Gutiérrez.

Hay otras versiones que me llamaron mucho la atención: Dos en tiempo ranchero. Una interpretada por el Mariachi Nuevo Sol y otra del Mariachi Bailador.

Y una versión instrumental en ritmo de banda (música regional mexicana), interpretada por Tamborazo Los Originales de Jerez.

Así como otra, también en tiempo de banda, interpretada por el grupo La Bendición de Patzcuaro Michoacán (sí de allá donde nació Juan Gabriel).

La versión más reciente que he escuchado de “El Solitario” es una nueva interpretación que hizo Dorindo Cárdenas acompañado por Kafu Banton para la campaña promocional de una cerveza local.

“El Solitario” o “Diario de un Borracho”, como sea que la identifiquen, al final nadie puede negar que, con la letra original o la “agrandada”, esta pieza es obra de la creatividad y el talento de Dorindo Cárdenas.

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