¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

¡Hay que tener huevos!

Por: Juan Pritsiolas/ Crítica -

Panamá vive un deterioro y un escenario que nos puede conducir a una salida como la del 29 de diciembre de 1944, cuando se convocó a una constituyente originaria, pero hay quienes afirman que se requiere una dosis mayor de dos huevos al día para poner en práctica esa salida.

Para 1944, el entonces mandatario Ricardo Adolfo De La Guardia, que había llegado al poder tras el golpe contra Arnulfo Arias, promovido por los gringos y la Policía Nacional, estaba a punto de ser destituido por la Asamblea Nacional cuando se sacó de la manga un decreto para convocar a una constituyente de 42 convencionales provinciales y 9 nacionales. Ordenó el cierre del Órgano Legislativo y por carambola él mismo salió del poder el 15 de junio de 1945.

En la época, el ambiente estaba caldeado. Arnulfo Arias llamaba “cojo desgraciado” a De La Guardia y este le cuestionó sus “desplantes de eunuco”. Panamá había salido de la bonanza que trajo la Segunda Guerra Mundial, y el advenimiento de la paz afectó la economía del país. ¿Le parece esto parecido a la actualidad con un país que sufrió un ataque a su sector servicio, el comercio local y de Zona Libre golpeada, el agro en decadencia y una industria en manos de extranjeros?

De La Guardia había poblado su gobierno de parientes, socios y amigos. La Asamblea sesionó en enero de 1945 en Chivo Chivo y nombró a Jeptha B. Duncan como primer designado a la Presidencia de la República para reemplazar a De La Guardia, pero eso no prosperó. Tanto los diputados como el Ejecutivo gozaban del descrédito.

Entre juristas hay discrepancias sobre el momento actual.

Carlos Guevara Mann, ligado al panameñismo, propone una constituyente originaria que “barra todo”. Hay cierto paralelismo entre De La Guardia y Juan Carlos Varela, porque aunque el primero llegó al poder por un golpe y ahora tenemos un presidente por voto popular, hay “similitudes importantes en lo que se refiere a condiciones estructurales”, añadió el licenciado en Finanzas y máster en Relaciones Internacionales.

Gobierno incompetente

Guevara Mann no se anda por las ramas y llama las cosas por su nombre. Sus palabras son más fuertes que cualquier miembro de la bancada del PRD y del CD. Ahorita hay “incompetencia en la gestión pública, corrupción, exclusión de las mayorías, entrega a intereses foráneos, creciente militarización y un marco jurídico inadecuado para atender la problemática nacional”,

¿Hay condiciones para una constituyente originaria?

Sí hay. Existe un gran desgaste del sistema político, los problemas nacionales se agravan y se complican con gran impacto negativo en la población.

Guevara Mann no duda de que el poder económico y el político se resistirán a una constituyente originaria, porque eso amenaza con menoscabar sus intereses. La Asamblea Nacional dará la batalla, pero no creo que un Órgano corrupto e ineficaz prevalezca ante la voluntad popular firme.

Hay que tener huevos

El dirigente de Cambio Democrático José Raúl Mulino recuerda que el “Cojo” De La Guardia estaba tumbado por Remón, que era el factor de poder. Para salvarse, cerró la Asamblea, derogó la Constitución de 1941 y convocó la constituyente originaria, que luego nombró a Enrique Jiménez en la Presidencia.

Para Mulino, la crisis actual no es tan crítica como la de 1944 y tampoco ve al poder económico respaldando esa opción.  Para eso falta deterioro y una dosis de huevo mucho mayor a dos al día, añadió el exministro, haciendo referencia a la expresión del mandatario Varela, que desayunaba dos posturas de gallina cada día.

Rifa time y billete

Según Mulino, el mandatario Varela solo se la “rifaría” con una constituyente originaria ante su desplazamiento por un descontento nacional. Para él sería una especie de estado de “necesidad”, agregó.

Pero Mulino alega algo que cuenta mucho: los billetes. “Aún Motta y satélites apoyan a Varela y no desean perder el poder real que tienen. Antes tenían influencia. Hoy mandan y desplazan a los demás con una gula empresarial inédita”, exclamó.

El abogado y exjefe de la Policía Ebrahim Asvat estima que Juan Carlos Varela no llamará a una constituyente por su debilidad política. Tras dos años de gestión, solo espera terminar; ya manifestó su intención de postergar cualquier iniciativa a una promesa de dotar al país de una nueva Carta Magna que hizo en campaña.

Asvat sostiene que no es una cuestión de condiciones, sino de “necesidad”, porque al país le hace falta una reingeniería institucional y social. La Asamblea se ha desnaturalizado por completo para convertirse en un centro de intercambios de favores y prebendas.  

Ebrahim propone que 10 hombres preclaros redacten un borrador de Carta Magna y que la constituyente barra con el Órgano Judicial y llame a elecciones para escoger a un nuevo mandatario y diputados.

Para otro funcionario panameñista, el asunto está color de rosas. Alega que el país no está en crisis política ni inestabilidad democrática. Varela no está como el “Cojo” De La Guardia, que convocó a la constituyente para salvarse de los tiburones opositores que pretendían destituirlo.

Los panameñistas no vislumbran en el panorama un Órgano Legislativo bajo control opositor a partir del 1 de julio. Están tan seguros como el Dr. Arnulfo Arias cuando el golpe de 1968 lo sorprendió viendo en el teatro Lux la película de vaqueros:  "Los malvados de Firecreek".

El oficialismo piensa que no habrá sorpresas el 1, porque Varela fue el maestro posinvasión en promover el transfuguismo de legisladores opositores, cuando el 1 de septiembre de 1999 logró que Haydee Milanés de Lay traicionara al PRD. El panameñismo apuesta al brazo de su poder y que otras 15 mil razones no permitirán que pierdan el control legislativo. Pero y si pasa lo contrario, ¿cuál será la reacción de un Varela que no soporta mucha presión y que tiene un gobierno que no despega y un país que ya no acepta excusas y no deja de echarle culpas a “El Loco”?

A juicio del panameñista consultado, el poder político está hoy subordinado al poder económico y este último se siente cómodo con el “status quo” constitucional, porque una constituyente originaria sería una caja de Pandora, un tutti frutti de ideas.

Desde hace más de 5 años, Frenadeso promueve una constituyente originaria, pero autoconvocada por el pueblo. A esta opción le temen los del poder económico y los políticos tradicionales, porque temen que la izquierda ascienda al poder y ellos pierdan hacha, calabaza y miel. Lo cierto es que el modelo se agota y la gente se asfixia; los “empresaurios” no asimilan aquello de la distribución de la riqueza y los pocos que hoy se llevan el invisible crecimiento económico del 6%, no lo permean a la plebe, y el ambiente cada día peligrosamente se caldea.

Nadie sabe si la constituyente será la receta que salve a Panamá; sin duda, que hay que tener huevos o quizás miedo a lo que pueda venir para convocarla. Las decisiones deben darse en consideración con el futuro del país y no por cálculos personales de un mandatario o de los círculos de poder que le hablan al oído y que a la postre solo buscan salvarse ellos… y que se jodan los demás.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.