¡Lobo disfrazado de oveja!
Un oscuro plan para acabar con la oposición política del país ha puesto en marcha el mandatario Juan Carlos Varela y para ello está controlando todos los poderes del Estado.
El principal proyecto de Varela es silenciar a su máximo opositor: el exmandatario Ricardo Martinelli y a Cambio Democrático, y para ello ha montado todo el aparato represivo del Ministerio Público para intentar procesar al expresidente.
El “Plan Varela” busca acabar con la oposición, expresó la subsecretaria general del Partido Cambio Democrático (CD) Alma Cortez.
Ya antes de asumir como presidente de la República, Varela puso en marcha su estrategia para controlar todos los órganos del Estado. Pidió públicamente la renuncia del presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Ayú Prado, del magistrado Alejandro Moncada, de la procuradora Ana Belfon, del fiscal electoral Eduardo Peñaloza y de directores de entidades con periodos fijos.
Una vez asumió el Ejecutivo hizo mancuerna con los magistrados del Tribunal Electoral (para desconocer las curules logradas por la nueva oposición).
También presionó para forzar las renuncias o remover a los administradores de las Autoridad Marítima de Panamá, Autoridad Nación de Ingresos Públicos, Autoridad Nacional de Transparencia y Tocumen, S.A.
Luego, impuso en la Asamblea Nacional a su ungido para contralor: Federico Humbert. A la Corte le impuso a su copartidario Alberto Cigarruista como magistrado de cuentas. Además, premió -pese al rechazo general- a Eduardo Valdés Escoffery con 10 años más en el Tribunal Electoral.
La pieza clave fue nombrar como procuradora general de la nación a Kenia Porcell, su subjefa de espionaje, quien ha sido la encargada de montar todo el aparato para allanar y arrestar a exfuncionarios del gobierno del expresidente Ricardo Martinelli.
El Plan Varela busca acabar con todos los dirigentes de Cambio Democrático, que es el único colectivo que está en oposición”, destacó Alma Cortez.
Un experto político no descartó que el próximo paso de Varela sea disolver la Asamblea Nacional, convocando a una Asamblea Constituyente.
