¡Marea de fe al Cristo Negro!

Anoche hubo un mar de fe en Portobelo. Una marea de devotos se congregó en el pueblo para la nocturna procesión en honor al Cristo Negro. El anda de El Nazareno se movía en una especie de baile colectivo, en el que los que cargan la imagen dan cuatro pasos adelante y tres atrás.

A las 8:15 p.m. salió el Cristo de la iglesia de San Felipe de Portobelo. En las calles era un ambiente de fiesta. Casi a la medianoche, El Nazareno regresó a su templo.

Horas antes hubo toda clase de manifestaciones de devoción, entre ellas, algunas extremas.

Un sujeto avanzaba con las nalgas pegadas al pavimento y se empujaba con las manos y pies. ¡Aquí estoy, llegué! ¡Miranda, te amo!, exclamó a gritos el hombre.

Otro gordo sin camisa llegaba gateando hasta El Nazareno. Era escoltado por una mujer parecida a Shakira, pero con unos kilos más. La chica portaba un nicho con la imagen de El Cristo.

El hombre que pagaba la manda, de vez en cuando hacía una pausa y empezaba a bailar sentado en plena calle; la mujer lo apoyaba también moviendo sus caderas.

Una señora corpulenta también avanzaba a gatas, pero se protegía sus manos con una chancletas plásticas y portaba rodilleras para evitar el calor que emanaba de la calle de alquitrán.

No faltaron los fieles que se sometían a martirios corporales como el permitir vaciar sobre sus espaldas descubiertas la cera derretida de la vela ofrecida a “El Negro”.

En las calles había toda clase de venta de recuerdos religiosos; se escuchaban las canciones de Ismael Rivera en las que expresaba su devoción a El Nazareno, que le pidió que cuidara a sus amigos; era negrura de la pura.