Muere el empresario y exministro Gabriel Diez Polack
Su vida fue la combinación de un carácter firme, una educación movida entre cambios constantes y una temprana decisión de abrirse camino
Hoy se confirmó el fallecimiento de Gabriel Diez Polack, exministro y figura clave del sector construcción, un hombre cuya vida estuvo marcada por disciplina, carácter firme y una trayectoria que dejó huella en la infraestructura y el desarrollo del país.
La historia de Gabriel Diez Polack no se entiende desde los salones formales ni los discursos elaborados, sino desde sus orígenes sencillos, marcados por disciplina, inconformidad y un sentido profundo de responsabilidad.
Su vida fue la combinación de un carácter firme, una educación movida entre cambios constantes y una temprana decisión de abrirse camino a través del trabajo.
Infancia inquieta y formación dura
Nacido el 30 de julio de 1947, Gabriel describía su formación como un camino lleno de cambios de escuela, impulsados por un carácter firme y una tendencia natural a cuestionarlo todo.
Él mismo decía que era más fácil que lo cambiaran de plantel a que lo “domaran”. Esa conducta, difícil para los adultos de entonces, moldeó su independencia y la claridad con la que más tarde asumiría responsabilidades familiares y profesionales.
No fue un niño tranquilo. Y esa honestidad, con la que admitía su inquietud, lo acompañó toda la vida. Incluso ya de adulto, reconocía que esa misma personalidad lo hacía más comprensivo con sus nietos, sabiendo que él había sido igual o peor.
El trabajo como escuela
Su verdadera educación empezó en los veranos, cuando decidió trabajar sin descuidar sus estudios.
Su primer empleo fue en un pequeño laboratorio donde se procesaban perfumes. Era apenas un adolescente cuando recibió sus primeros cinco dólares.
Aquella experiencia —que terminó casi sin nada tras pagar helados que costaron 4.75— fue una lección temprana sobre esfuerzo, administración y sacrificio. Desde entonces entendió que nada llega por subsidio ni por suerte: hay que ganarlo.
Más adelante trabajó con su padre, pero buscaba algo que lo llenara de verdad. Ese deseo de construir su propio camino lo llevó a laboratorios de productos y, finalmente, a la actividad que marcaría su destino profesional.
Primer contacto con la construcción
Fue gracias a un tío que descubrió el mundo de la construcción en Bocas del Toro. Ver cómo un plano se convertía en obra física lo impactó profundamente. Aquella experiencia fue su puerta de entrada a la industria que definiría gran parte de su vida.
1971: el inicio de su ruta empresarial
En 1971 nació la empresa Diez y Diez, punto de partida de una trayectoria que lo llevó a gestionar y ejecutar proyectos de infraestructura en Panamá y en el extranjero.
Durante casi 20 años estuvo vinculado a obras que sumaron más de 24 mil millones de dólares en 19 países, un recorrido que lo consolidó como un referente del sector.
Su trabajo incluyó desde levantar fábricas en decadencia hasta rescatar operaciones enteras, apostando siempre por la recuperación ordenada y el crecimiento sostenible.
Etapa pública y vocación gremial
En 2008 aceptó el reto de servir como ministro de Vivienda, durante la administración del expresidente Martín Torrijos. Lo hizo con la misma convicción que lo caracterizaba en el ámbito privado: trabajar sin estridencias, con firmeza y con sentido de propósito.
Su participación gremial fue constante y profunda. Integró múltiples organizaciones empresariales y de la construcción, impulsado por la certeza de que los problemas del país solo pueden resolverse mediante la participación activa de todos los sectores. Fue presidente y miembro destacado de la Cámara Panameña de la Construcción, el Sindicato de Industriales, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura, el Consejo Nacional de Promotores de Vivienda, la Asociación Panameña de Corredores y Promotores, entre otros espacios de liderazgo.
Crecimiento regional y visión empresarial
Aun cuando el mercado panameño pasaba por momentos complicados, no dudó en mirar más allá. Participó en proyectos en Costa Rica y El Salvador, demostrando su capacidad de adaptación frente a escenarios cambiantes y su búsqueda permanente de oportunidades de desarrollo.
En más de cinco décadas de carrera, fue la mente detrás de algunos de los proyectos más importantes del país y de la región. Sin embargo, siempre mantuvo una actitud discreta: prefería el trabajo silencioso por encima de la ostentación pública.
Familia, principios y carácter
A pesar de su larga carrera, su mayor fuente de motivación siempre fue su familia. Era un hombre de principios claros, convicciones sólidas y una capacidad notable para escuchar antes de responder. Su estilo directo, pero respetuoso, le permitió ganarse la confianza de colegas, colaboradores y gremios enteros.
Quienes lo conocieron de cerca coinciden en algo: detrás del empresario, del ministro y del líder gremial, había un hombre sencillo, firme y profundamente comprometido con lo que creía que era correcto.