Tiempo de elecciones

Escribo muy temprano hoy domingo para dedicarme el día a ir a votar junto a mi familia y amigos de San Francisco, consciente de la gran importancia que esta reviste para nuestro partido, Cambio Democrático. Elegimos convencionales, Secretarías de Mujer y Juventud y juntas directivas de corregimiento en todo el país. Gran paso e importantes decisiones todas.

He recorrido el país y tomado contacto con dirigentes importantes de áreas donde el tiempo no me permitió llegar, las cuales fueron pocas. Noté entusiasmo, a pesar de que la elección no plantea mayores contiendas, aunque en el fondo sí subyace la necesidad de preservar el partido alejado del varelismo y apegado a su condición de único partido de oposición en el país. Esa es, a mi juicio, la gran tarea del día de hoy. El voto a conciencia será de importancia y trascendencia en el futuro próximo.

No tengo una bola de cristal para anticipar resultados. Como he dicho, no he apoyado nóminas ni mucho menos financiado a nadie, salvo la mía en San Francisco. Debo ser honesto al reconocer que tampoco me lo han pedido y siempre he considerado que el dinero en la política, si bien necesario, no lo es todo y, hasta puede ofender en ciertos momentos porque la mayoría aporta con su esfuerzo y liderazgo su caudal político y eso es lo que cuenta para demostrar el verdadero valor en cada circunscripción. Por ello, he visto y oído de todo en estas semanas sin que ello turbe mi paz y seguridad. Al final, que es cuando la totalidad de los miembros del partido escogerán su candidato a presidente, se decantarán hacia el ganador y de allí a la grande en 2019.

Pero viene, y pronto, la elección de Junta Directiva Nacional. Estos convencionales que hoy elijamos decidirán ese siguiente paso. Unos 2,350 convencionales tendrán esa facultad y veremos entonces la primera señal clara de lealtad o deslealtad, de inclinación al varelismo o de mantener la ruta opositora clara y fuerte hasta el 2019. No me cabe duda de que esta última es el camino para lograr el triunfo. Todo lo que sea, se parezca o huela a varelismo perderá estrepitosamente en 2019 sin necesidad de encuestas. Igualmente, Ricardo Martinelli Berrocal deberá seguir encabezando el partido, no como una concesión de nadie, sino por lo que representa en el colectivo y fuera de él, junto a gente leal que él escoja para que lo acompañe en esta nueva etapa. Para mí, como he dicho, la llevada y traída "unidad" no pasa por la deslealtad ni la traición.

Avancemos entonces por el camino que vamos construyendo paso a paso. Será duro y accidentado porque las mismas fuerzas del 2014, entiéndase económicas, mediáticas, "sociedad civil", entre otras, parecen ya haber adoptado la consigna contra CD ante la arrolladora preferencia nacional. No importa. Son ejércitos fantasmas plagados de intereses. El pueblo es oposición y punto. Todos estamos hartos del varelismo y de su venganza y maldad desmedidas, y a eso, precisamente, es a lo que debemos apuntar con un plan de gobierno coherente que nos acerque con realismo a la esperanza de transformación efectiva y de vida mejor que ansía todo el país ante el gran fiasco nacional que ha significado Varela y su gobierno de la mentira y la hipocresía.

¡Suerte a todos hoy en esta importante elección!