Tiempo de Revolcón

En la campaña política de 1994, el amigo y colega José Salvador Muñoz, a la sazón candidato presidencial, acuñó una frase que lo catapultó al decir que a este país había que darle un "revolcón". Desde entonces a Don Pepe se le conoce como "el hombre del revolcón".

Uso esta anécdota política porque lo dicho entonces cobra más vigencia ahora que el país anda como anda. El tiempo y el desfase del sistema con aquel, se ha encargado de hacer de nuestro país uno casi anárquico y por completo colapsado en cuanto a su estructura jurídico-política. Antes me he referido de distintas maneras al tema comprometiéndome con la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente como paso inicial del revolcón. Eso no ha variado.

Mis reuniones a nivel nacional dan cuenta de la clase de país que se tendrá que administrar de 2019 en adelante. Hay descontento y desánimo generalizado. Quizá el momento del revolcón fue en 1990, pero los que vivimos en primera fila ese tiempo podemos coincidir en que para Guillermo Endara fue más importante la estabilización política de la nación que cambiar, vía distintas opciones, todo el sistema. Total, veníamos de otro revolcón, luego de la invasión y, ciertamente, se imponía hacer democracia pensando en que en el tiempo existiría la grandeza para ir adaptando el sistema a los nuevos tiempos. No fue así. Prevalecieron otros intereses, no los nacionales en cuanto a construir instituciones sólidas. Hoy nos enfrentamos a lo inédito sino hacemos entre todos ese revolcón.

Temas y problemas acumulados casi que con características de explosivos requerirán atención. Sin orden de prioridad porque todos lo son, enumero algunos: agua a nivel nacional, pasando por rehacer lo que sea que quede del Idaan sin pensar en privatizar nada; CSS y salud en general, entendiéndose integralmente de la situación tanto del lado de la salud pública como de la seguridad social; seguridad ciudadana, a la cual no le veo mayor problema conociendo el desastre que han hecho por venganza e improvisación; educación nacional, pensando en adaptar el modelo a uno que signifique su mejoramiento y conexión con el futuro laboral de los estudiantes en el tiempo; sector agropecuario y reestructuración de todas las entidades que tienen competencia en el tema a fin de sintonizar al sector con las políticas del gobierno y que las mismas sean mantenidas en el tiempo; transporte público capitalino y sectores Este y Oeste, suficiente caos y anarquía como para dejarlos agravarse. Como ven, ninguno fácil y todos urgentes. Esto no significa que son los únicos, pero son los vitales.

Para lo anterior, el revolcón debe contar con todos, sin que eso conlleve dejar de hacer ante la interposición de costos políticos frente al interés nacional y mayoritario. Si hay que apostar a algo es a ponerse del lado de las grandes mayorías que reclaman y no esperan mucho más en paz para iniciar las soluciones integrales a estos y otros problemas. La desesperación ya es noticia diaria a nivel nacional. Entiendo perfectamente que será complejo, desde la constituyente hasta el abordaje de estos temas a los que me he referido. Pero hemos llegado a un punto que o se hace o se hace. Algunos serán de resultados a mediano y largo plazo, pero eso no implica esperar más. No se puede seguir viviendo del cuento y la mentira para alimentar las ansias de cambio de la gran población.

Se va a requerir franqueza, mucha franqueza, para explicar dónde estamos una vez se tenga la información. Ha faltado claridad en cuanto a que el país sepa la verdad de los problemas nacionales. Luego veremos si los que hoy se rasgan vestiduras en los programas mañaneros y domingueros, enfocándose en Martinelli y el gobierno anterior, comprenden que hay un futuro que construir entre todos. Espero que entiendan que hay otros temas y otras gentes para opinar con credibilidad.

Esta pesadilla del embuste y de la hipocresía varelista termina pronto, ya eso es una ganancia. Hay que resistir poco ya. Mientras, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!