Activismo

Por: Por: Roquel Iván Cárdenas Catequista -

El Evangelio nos narra que Jesús dice: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola.” (Lucas 10, 41s)

En términos generales los laicos estamos muy ocupados en diferentes actividades llamadas seculares y todas son importantes y necesarias.

Es más, se nos enseña que, mientras cumplimos nuestras obligaciones en este mundo, en nuestro diario vivir, no debemos perder nuestra unión con Cristo, sino que esta unión debe crecer mientras cumplimos nuestro deber según la voluntad de Dios.

En vista de esto si gran parte de nuestro tiempo no estamos en la Iglesia, ni en actividades eclesiásticas y es nuestro deber aprovechar el tiempo lo más posible en aras del bien común de acuerdo a nuestra profesión, entonces, ¿cuándo un laico cae en el activismo si vive y respira actividad?

Obviamente en un espacio tan corto no podremos profundizar en un tema tan interesante. Pero si como una orientación general debo discernir si como laicos no me queda tiempo para: la oración personal diaria, leer al menos un texto de la Escritura al día, hacer al menos un breve examen de conciencia antes de dormir, visitar al director espiritual al menos mensualmente, asistir a la misa dominical, la confesión frecuente al menos una vez al mes, tal vez, si es posible que estoy cayendo en el activismo.

Mi unión con Dios no es un añadido a mi vida al igual que tomar mis alimentos diarios. Nadie en su sano juicio puede decir que esta tan ocupado que no le queda espacio ni para comer.

De esta misma forma, para que mi actividad diaria fructifique espiritualmente debo hacerlo todo por Cristo con Él y en Él.

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