¿Ayudan las mascotas en la salud emocional?

Toda persona necesita cariño y afecto, es una necesidad inmanente de los seres humanos; ninguno de nosotros puede sobrevivir sin ello y se entiende que la soledad absoluta es dañina para nuestra salud emocional. Sabemos que adoptar una mascota ha probado ser un remedio eficaz para mejorar el ánimo e incluso nuestra manera de relacionarnos con los demás; pero esto cobra una perspectiva más profunda en personas que padecen de alguna discapacidad motriz, sensorial, intelectual, psicosocial o múltiple.

Con esta población en particular, estudios han demostrado que en presencia de alguna mascota, su condición anímica tiende a mejorar, en el caso de los niños con autismo, sus habilidades sociales; para las personas no videntes, más allá de mascotas, fungen como guías y compañeros leales, lo cual les ayuda a mejorar su salud emocional; para personas con epilepsia, a menudo se les denomina “mascota asistencial”, ya que en el caso de los perros, con entrenamiento son capaces de detectar convulsiones segundos antes de que sucedan y otros capaces de socorrer a la persona que la sufre.

Y es que, el cariño que una mascota brinda es indiscriminado, leal y no juzga, solo busca reciprocidad afectiva y por esta razón, muchas personas optan por adoptar un perro, gato, perico u otro animal de su preferencia como fuente, y a la vez objeto de afecto; también es importante recalcar que la tenencia de una mascota no puede sustituir la sana convivencia en sociedad, dicho lo anterior, es importante establecer un límite entre el alcance sentimental que acarrea la adopción de una mascota y un posible apego inseguro que a la larga puede generar sentimiento de vacío y sufrimiento (en caso de extravío o deceso de la mascota).

Para las personas que tengan la oportunidad de leer este escrito, no puedo dejar pasar la oportunidad para referirme al caso de los jóvenes que quemaron a unos gatitos vivos en una caja en días pasados: los animales no son cosas, son entes vivientes y como tales son capaces de sentir y sufrir; cierto es que nos pueden brindar beneficios y alegrías, pero también debemos ser conscientes de que tener una mascota conlleva una responsabilidad y el compromiso de velar por ellos como criaturas que comparten este mundo con nosotros, no para infligirles daño, ya que al hacerlo, aparte de causar dolor, nos despojamos de nuestra propia humanidad, por ende, un trato más humano hacia los animales engrandece nuestro ser.