Opinión - 20/2/17 - 12:00 AM

Gordos

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

El niño era puro huesos y piel. Sus ojitos estaban sin sombra de vida. Su rostro era estremecedor, pues mostraba sufrimiento y… ¡muerte! Caminaba lentamente hasta que se le acabaron las fuerzas. Cayó y quedó en el suelo esperando la muerte, que llegó poco después. Estas y otras imágenes circularon por el mundo y lo estremecieron. Se palpaba la hambruna que azotaba Biafra, un país del África que se hizo conocido por sus niños que morían de desnutrición. Tanto fue así que algunos padres obligaban a sus hijos a comer diciéndoles que lo hicieran porque si no, se convertirían en “niños de Biafra”…

Esta horrible situación sucedió hace unos cincuenta años en varios países del mundo. Espero que ahora se encuentren mejor de nutrición y nivel de vida. Recuerdo que como periodista entrevisté por esos años a mi excompañero de primaria y secundaria, Dr. Cutberto Parillón (q.e.p.d.). En ese momento era director de Nutrición del Ministerio de Salud. Me declaró que no había que ir a Biafra para conocer la desnutrición. En las comarcas indígenas de hace años, casi todos los niños menores de cinco años sufrían de desnutrición. También se daba la situación con muchos niños de los barrios pobres de las ciudades panameñas.

Recordé este acontecimiento al enterarme hace poco que se ha considerado como un problema de salud pública… ¡el sobrepeso! Por lo menos dos de cada tres panameños sufren de exceso de peso y obesidad. Esto trae como consecuencia el aumento de enfermedades de alta presión y la diabetes. Se culpa de esta situación a los malos hábitos de consumo, con comidas con mucha grasa y masa. También a la poca actividad física de nuestra gente. Imagínese a alguien pasarse horas inmóvil chateando y hablando por celular. Aunque haya campañas para estar “FIT” y correr, no son suficientes. Menos mal que autoridades de Educación tratan de mejorar los alimentos de las loncheras de los pela’os y disminuirles el consumo de azúcares.

No crean que este cambio radical en cincuenta años de la nutrición solo ocurra en Panamá. Investigaciones indican que en la mayoría de los países de América Latina se repite el fenómeno. Imagino que también ha llegado al África, continente que por muchos años fue símbolo de desnutrición y muerte infantil. Realmente, en la vida de las naciones, cincuenta años es poco tiempo para cambios tan notorios en sus poblaciones. En Panamá, no crean que desaparecieron la desnutrición y la anemia. Todavía existen muchos chiquillos que la sufren en barrios y comarcas. (¿Se acabaron ya los problemas con los productores?).