HORACIO RIVERA

Por: José Morales Vásquez [email protected] -

El Banco Nacional de Panamá presentó la exposición “TIERRAS INDIAS”, del maestro Horacio Antonio Rivera Aguilar, el 19 de junio de 1980; en ella, el maestro nos habla de su trabajo artístico, en especial por las huacas.

EL ARTE DE LAS HUACAS Y MI RAZÓN DE PINTARLAS

Con estas breves palabras, quiero explicar lo que tantas personas me preguntan siempre, ¿qué es lo que hace que haya dedicado tanto tiempo de mi arte a pintar esas piezas indígenas conocidas como “huacas”?

Para hacer una introducción, diré que hace mucho tiempo ya sentía una admiración e interés por estas manifestaciones artísticas indígenas, que desde entonces las denominé “tierras indias”, y que eran de singular belleza. Ellas procedían de las provincias centrales. Desde aquellos días, estas maravillas han ido ahondando en mi voluntad un sentimiento muy hondo, llegando al punto que hace años les dediqué mi primera exposición nacional, donde se podían admirar esas vasijas en composiciones de género pasivo.

Para profundizar más esta inquietud, me hago la pregunta, ¿qué es lo que realmente tienen estas vasijas que tanto las represento en mis cuadros con tan hondo sentimiento, y el porqué de ello?

Para explicar esa pregunta y despejar mi incógnita, pongo de manifiesto que en cada una de mis composiciones, antes de comenzar, surge en mí un estado de meditación entre ellas y yo. Al tocar esas vasijas con mis manos y simultáneamente percibirlas con mis ojos, me nace un deseo inmediato de hacerlas y de modelarlas exactamente igual, y quizás con el mismo interés que sintió el artista anterior, con la diferencia de que en esta segunda interpretación solo uso colores tierras y ocre sobre tela, y así por lo demás voy dándoles las formas siguiendo un impulso y una fuerza oculta que emana y contacta mi persona con ellas.

De esta forma elocuentemente, la belleza que ellas generan me induce a viajar hacia su inmenso y misterioso pasado para tratar de indagar su historia y el porqué de tanta belleza estilizada. Con una curiosidad muy grande, he notado siempre que estas extrañas vasijas, digámoslo así, no son ni siquiera cerámicas, como las que elaboran las culturas orientales, logrando aquellas ser unas verdaderas joyas esmaltadas de todos bien conocidas.

Nuestras “huacas” solo se reducen a ser tierra pintada y cocida sin caer en otros pormenores; sin embargo, ahora para admiración de todos, están calificadas como las manifestaciones artísticas precolombinas más exquisitas de nuestra América.

Yo percibo de inmediato el sentido extraordinario de lo que ellas encierran en su contextura, en las manifestaciones sobrias que de ellas emanan de por sí, y que dudo que otra cosa igual pueda lograr este significado.

Esas vasijas poseen una personalidad, así como si mantuvieran un espíritu encerrado dentro de su cuerpo de tierra.

En ellas he logrado saber de su canto por la posesión y la belleza de la tierra, del transporte de esta belleza a la otra vida, al más allá, como también de la riqueza del alma humana de entonces.

Como ya sabemos, están hechas de tierra, de nuestra tierra, y que sus formas y colores no son para hacerlo en ningún otro elemento al igual que sus temas decorativos muy de nuestra naturaleza, todo esto les da un valor que tanto me motiva el pintarlas.

Ellas ponen al descubierto lo que en su pasado fuimos y lo que quisiéramos ser en el presente, una gran cultura como lo fueron aquellas y que todos aceptamos hoy.

Dentro de estos cuencos y platos se encierra un misterio más que me deleita al realizar el estudio y las formas de sus bocas, en donde me esfuerzo en darle un modelado y un efecto de tal forma como si cualquiera pudiera introducirse en su interior y sentir que nos hablaran de algo que nadie ha oído.

Al referirme a sus formas globulares, esféricas y cóncavas es también como un canto a la gracia a la delicadeza, como lo son las formas redondas. Estas son ideales para efectuar estudios sobre el modelado, la luz, las sombras propias y proyectadas, esas formas son el sujeto del cuadro y su candor. Cuando ejecuto los fondos y la atmósfera que las rodea, es pensando en darle una seriedad representada en un estado grave, tan grave como terminaron y fueron sus destinos.

CONTINUA

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.