La educación y su competitividad en la agenda nacional

Por: Por: René E. Sánchez G. Máster en Ingeniería Industrial -

En este artículo hago un diagnóstico desde la perspectiva como ingeniero industrial, al modelo actualmente utilizado en la educación para la República de Panamá, y algunas propuestas como prioridades en la educación para la agenda nacional.

La gobernanza política de partido al poder, sin una agenda de país donde se acuerde en qué ser competitivos, y la falta de comunicación entre las empresas y la educación, han resultado en una bomba social.

Según la teoría de la competitividad del Dr. Michael E. Porter, de Harvard Business School, las bases para la prosperidad han cambiado sustancialmente en los últimos 50 años, particularmente en las naciones que quieren ser ricas.

En la nueva economía, la prosperidad solo viene de la productividad que determina la riqueza porque la productividad establece los salarios que la sociedad puede pagarse a sí misma. Solo puedes pagar los salarios en la forma en que ganas por la productividad.

Una de las claves es tener buenas políticas más orientadas al emprendimiento, la investigación y desarrollo (I+D) y la tecnología para desarrollar nuevos productos y generar nuevas ideas y no establecerse en el viejo presupuesto.

La educación entre las prioridades de una agenda nacional.

Debe haber un consenso nacional sobre lo que se necesita y el entendimiento por parte del Gobierno para ser una economía avanzada.

Los gobiernos que subsidian no permiten el cambio si no dejan que los gobiernos corporativos cambien y sus accionistas gestionen sus negocios en un mercado de capitales abierto y ante el entorno de mercado que los obliga a cambiar, a ser más eficientes y enfocados.

Interpretando la teoría del doctor Michael Porter, debemos tomar toda decisión basada en la productividad. Cuando decidimos cómo gestionar nuestras escuelas, tenemos que tomar una decisión basada en productividad. Los gobiernos deben ver que sus roles son el de establecer las reglas y de crear las entradas adecuadas (inputs).

Dos de las debilidades a largo plazo encontradas en el diagnóstico realizado para la agenda nacional de la República de Panamá.

1. La República de Panamá tiene debilidades a largo plazo en las escuelas. La educación en Panamá está basada en la adopción de modelos extranjeros y no sobre lo que Panamá debe producir y ser competitivo como nación. Actualmente la educación no es lo suficientemente buena para subir a un nivel de país desarrollado y lejos de ser industrializado. Primero hay que comprender que educamos a niños y niñas, no sujetos. Los niños ya cuentan con una imaginación muy creativa y con la curiosidad por descubrir, explorar e investigar, pero actualmente los enjaulamos dentro de cuatro paredes y les limitamos todo ese potencial sentándoles en una banca escolar.

2. Tiene debilidad a largo plazo en ciencia y tecnología al no crear el respaldo del avance en las diferentes ramas de la ciencia y tecnología.

El trabajo para una nación es el encontrar industrias en la que puedan crear un ambiente único para la productividad y esto siempre significa que construyes sobre tus fortalezas.

La República de Panamá tiene opciones en hacer barcos, (producimos, vendemos, abanderamos y cobramos tarifas preferenciales en puertos y tránsito por el canal), al contar con la segunda reserva más grande de cobre conocida, pues producir productos para instalaciones eléctricas, cables (un automóvil nuevo utiliza unos 20 kilos o 45 libras de cobre). Esta es mi fórmula para alcanzar una agenda nacional:

ORGANIZACIÓN + COMUNICACIÓN = PRODUCTIVIDAD CONJUNTA.

Lea el artículo: “La Importancia de la Competitividad en la Agenda Nacional”, en la revista Techo Financiero, en el diario Panamá América.

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