La puerta estrecha

Por: Por Roquel Iván Cárdenas Catequista -

Jesús nos advierte que debemos “Luchar por entrar por la puerta estrecha, porque, les digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.” Lucas 13,24. Pero algunos prometen salvación instantánea: “acepta al Señor Jesús como tu Señor y Salvador personal y serás salvo”.

Es decir, que al realizar una sencilla oración diciendo que acepta a Jesús como su Señor y Salvador personal y de inmediato recibe la salvación.

Pero no existe tal cosa como salvación instantánea, sino que tenemos que esforzarnos por ella y tener confianza en Cristo y en los auxilios de su gracia.

Pero entonces ¿porque no estamos seguro de la salvación? ¿Será acaso que dudamos de Jesús? No por supuesto que no. La falta de certeza de salvación no viene por tener desconfianza de Jesús sino por desconfiar de nuestras propias fuerzas.

Dios desea salvarnos pero no lo puede hacer sin nuestro consentimiento. En pocas palabras, en cualquier momento la persona puede abandonar a Dios y lanzarse al pecado. Y esto no ocurre por falta de amor de Dios sino porque el respeta nuestro libre albedrío.

Él nos quiere salvar pero si nosotros lo permitimos de lo contrario no lo hará. Por ello como nos dice la Escritura, somos herederos pero en esperanza.

Por eso la advertencia: “No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo”.

Mateo 7, 21 Distinguido hermano tengamos cuidado de caer en el error de presumir de que ya estamos salvos, con independencia de lo que haga.

Porque esto nos puede llevar, sin darnos cuenta, a descuidar la vigilancia y abandonar el camino de la salvación.

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