Las sorprendentes ventajas de ser un cascarrabias

Por: Tomado BBC Mundo -

En el escenario es un adorable príncipe encantador de melena despeinada.

Detrás de las cámaras… Bueno, digamos que necesita mucho espacio personal.

Odia ser famoso. Se arrepiente de haber sido actor. Los amigos de su exnovia lo llaman gruñón.

Hugh Grant es conocido por ser un cascarrabias y porque es complicado trabajar con él. Pero ¿es su mal humor el secreto de su éxito?

La presión para ser una persona optimista nunca ha sido más grande que en la actualidad.

Puedes contratar a un experto en felicidad, tomar clases de meditación o buscar la satisfacción interior en una aplicación tecnológica.

El índice de felicidad se ha convertido en un indicador de bienestar nacional que compite con el PIB (Producto Interno Bruto).

Pero lo cierto es que ser un gruñón tiene algunas ventajas.

Al igual que la mayoría de las emociones, la rabia se genera en la amígdala, una estructura responsable de detectar lo que amenaza a nuestro bienestar.

Es muy eficiente; activa la alarma mucho antes de que nos demos cuenta del peligro.

Luego se producen unas señales químicas que nos hacen sentir irritados. Y comienza un arranque de furia apasionada que dura varios minutos.

La respiración y el ritmo cardíaco se aceleran y se dispara la presión arterial. La sangre corre hacia las extremidades, generando el distintivo color rojizo en nuestro rostro y haciendo que palpiten las venas de nuestra frente.

Aunque se cree que esta respuesta fisiológica evolucionó para preparar al cuerpo a la agresión física, tiene otros beneficios.

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