Libre por derecho natural

Por: Por: Roquel Iván Cárdenas Catequista -

La libertad es en nosotros una capacidad para crecer y madurar en el conocimiento de la verdad y la bondad, en la que Dios quiere que transcurra nuestra existencia. Esta capacidad es lo que caracteriza los actos propiamente humanos, en el que nos hacemos responsables de nuestras decisiones que pueden convertirse en fuente de alabanza o de reprobación, de mérito o de demérito.

Todo ser humano naturalmente busca lo que él considera el bien, nadie de manera racional busca el mal por el mal mismo, si alguno llegara a buscar el mal, en el fondo lo hace procurando, aunque equivocadamente, un bien mayor. El ser humano es responsable de sus actos, del progreso en la virtud que conlleva el conocimiento del bien y el dominio de sí mismo, en función de su autorrealización. Por eso, todos tenemos que rendir cuentas a Dios del uso que hicimos de este bien.

Para que la voluntad de Dios se lleve a cabo es necesario que se le reconozca a todo ser humano el derecho natural a ser visto como un ser libre y responsable. Todos debemos darle ese respecto que tiene la persona como ser pensante, capaz de autodeterminarse. Por lo tanto, este derecho natural debe ser reconocido y protegido por la autoridad civil dentro del límite del bien común y el orden público. Ningún gobierno tiene la autoridad para suprimir, disminuir o enajenar este derecho natural del hombre. Por ello, la evangelización siempre debe ser una propuesta respetuosa del camino que Dios nos ha trazado en la persona de Jesucristo. Nunca es lícito so pretexto de un bien mayor, suprimir la libertad de conciencia, sin la cual no se puede optar libre y amorosamente por el plan de Dios como es su voluntad.

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