Política y religión no se mezclan…

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

En el Evangelio, Jesús de Nazaret es puesto a prueba por los fariseos del Templo: “¿Es o no es lícito pagar tributo al César?” Ante esto, conociendo su malicia, el Cristo les respondió: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Esta máxima de hace dos milenios, estableció las responsabilidades del hombre con el Estado y su Gobierno. En tanto con la religión y la fe, cada uno debe cumplir lo dictado en las Sagradas Escrituras.

La Política y la Religión no se deben mezclar. Porque a la larga, las autoridades argumentarán ser representantes de lo divino. Que ellos son los elegidos por la Providencia para gobernar a la Plebe. El Absolutismo monárquico, implementado por siglos desde que la Humanidad existe en la Tierra, ha provocado las peores dictaduras y abusos contra los derechos civiles.

Resulta muy sospechoso el denodado interés del mandatario de turno en Panamá, por asistir a innumerables actividades y eventos con la Iglesia Católica. Junto a su consorte, viajan a cada encuentro con el Papa Francisco, en compañía del Clero local, el cual evidente está muy agradecido por las extremas muestras de apoyo dado por el gobernante. Claro, sobre todo los $16.7 millones de fondos públicos otorgados a la Curia Apostólica istmeña.

Ahora, en el horizonte viene otro tema turbulento: La posible organización de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá entre enero y febrero de 2019, meses antes de las Elecciones Generales. El lugar, Penonomé. Sitio místico y esotérico por ser centro exacto de la República, además de cuna natal del otrora líder del Panameñismo, Arnulfo Arias Madrid. Y ni hablemos de las relaciones del Opus Dei con el Presidente actual.

Es nuestro humilde sentir, como católico y otro más de los cuatro millones de panameños que habitamos este rincón de las Américas, que el evento que pretenden organizar la Curia católica y sus benefactores varelistas, tiene ribetes polítiqueros. Eso hace dudar las creencias de cada fiel en la religión fundada por Jesucristo y cuya sede está en Roma. Con razón, miles de panameños poco a poco se van a las filas de las iglesias protestantes evangélicas. Luego nos quejamos de la pérdida de la fe.

Esperemos que el Papa Francisco y el Clero Apostólico romano no se presten al juego del Varelismo: Mezclar política con religión para hacer un gran evento de masas, cuyo fin es impulsar candidatos progubernamentales que se vendan con el aura de santurrones y pulcros, cuando no lo son.

Pero el Pueblo panameño es sabio y sabrá medir la maniobra. El 2019 viene. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...

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