A PROPÓSITO DE JUAN MANUEL CEDEÑO

A PROPÓSITO DE JUAN MANUEL CEDEÑO

A PROPÓSITO DE JUAN MANUEL CEDEÑO

Por: José Morales Vásquez Investigador de arte -

[email protected]

En cuanto a las realizaciones de Juan Manuel Cedeño, la calidad de su obra habla por sí misma. Él nunca tuvo tiempo para acumular trabajos en el taller, pero tenía encomiendas imposibles de satisfacer. "Yo no soy un comerciante, esta es mi profesión, y mi fuente de ingreso, pero a mí lo que más me interesa es hacer un trabajo lo más próximo a la excelencia".

Aun cuando en el paisaje, Cedeño ha hecho obras de una belleza sin paralelo, en Panamá todos le han identificado como el mejor artista del rostro humano. Muerto don Roberto Lewis, a él le correspondió realizar las pinturas de varios jefes del Estado, y su “Galería de Panameños Ilustres” es extraordinaria.

En el año de 1984, con motivo del octogésimo aniversario de fundación del Banco Nacional de Panamá, logramos reunir más de treinta óleos de sus Panameños Ilustres, y en el año de 1996, de igual manera, esta institución presentó una visión histórica de su obra, en la que abundaron obras de difícil paralelo en el inventario de las realizaciones de otros artistas de la plástica en nuestro país.

En una oportunidad, me correspondió acompañar a Juan Manuel al Palacio de las Garzas para observar la Galería de los Jefes de Estado, y aun cuando él era parco para la crítica, lamentaba que junto a la obra extraordinaria de Roberto Lewis, de Epifanio Garay y de Carlos Endara, hubiese en la mansión presidencial muchas obras de menor categoría...

"Falta un poco de criterio artístico. Este palacio debería hacer una rigurosa selección de las obras de pintura que aquí se exhiben. A la monumental realización del Salón Amarillo, obra visionaria de Belisario Porras, y el Salón de los Tamarindos, que se llevó cabo por la iniciativa de Juan Demóstenes Arosemena... tenemos un gran vacío. Me siento muchas veces desalentado cuando tropiezo en los pasillos de la Presidencia con obras de ninguna calidad, que parecieran producto de una mediocre improvisación".

¿Por qué no se han adquirido algunas obras de Manuel Encarnación Amador y de Humberto Ivaldi? Ese es un vacío que tenemos que llenar. El Palacio Presidencial debería sentirse orgulloso de exhibir algunas de las obras de esos grandes artistas panameños.

Al contemplar las medallas de los jefes de Estado no pudo evitar una reflexión personal. "Me disgusta la obra de restauración. Yo mismo cometí ese error cuando por insistencia del general Omar Torrijos trabajé en el mantenimiento del Teatro Nacional. Pero hay que tener cuidado, pues muchas veces el restaurador destruye la obra original... Una pintura de alta calidad no debe restaurarse, y cuando esa llega a un estado de extremo deterioro, lo único que queda es lamentar su fin".

"Conozco restauradores que por su cuenta suprimen, agregan y suplantan la creación original".

"Debido a la práctica de la restauración, los visitantes de museos se preguntan con frecuencia si el cuadro que están observando es auténtico, ya que los restauradores hacen trabajos de suplantación del original". "Eso pasó con la Virgen del Rosario que se encuentra en el templo de la catedral. Esa obra ha sido restaurada varias veces, en la última oportunidad, unos expertos mexicanos que la examinaron señalaron que la obra había sido alterada. Es una joya artística que se le atribuye a la escuela de Zurbarán".

"La Virgen del Rosario fue adquirida por Justo Arosemena en los Estados Unidos y donada a la iglesia de la catedral".

Juan Manuel Cedeño, nos afirma que cuando don Roberto Lewis falleció en el año de 1949, se le solicitó continuar la colección de la Galería de los Jefes de Estado. La tarea de don Roberto parecía insustituible. Juan Manuel Cedeño pintó los medallones del Dr. Daniel Chanis, Roberto Francisco Chiari, Alcibíades Arosemena, José Antonio Remón, José Ramón Guizado, Ricardo Manuel Arias, Ernesto de la Guardia, Sergio González Ruiz, Bernardino González Ruiz, Marco Aurelio Robles, Max del Valle.

Además de la obra estupenda de Roberto Lewis, nos señalaba Juan Manuel Cedeño la importancia y valor de las realizaciones que se conservan en el Palacio de las Garzas de Epifanio Garay, quien dio inicio a la Galería de los Jefes de Estado en el siglo XIX con el retrato del Dr. Justo Arosemena.

Garay dejó además en el Palacio los retratos de José de Obaldía, Simón Bolívar, el general José de Fábrega, así como el del general Tomás Herrera, presidente del Estado Libre del Istmo.

Nos parece que el Palacio de las Garzas debía de hacer un esfuerzo por rescatar algunos de los trabajos de Juan Manuel Cedeño para ennoblecer la mansión presidencial con sus obras. Es ahí donde corresponde alojarlas, como un verdadero museo de la nacionalidad. Este sería el más grande homenaje al maestro.

CONTINUA

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.