Segundas

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Cuando me contaron la historia, ya habían pasado varios años. Era una “leyenda urbana”, ejemplo de dos situaciones de la vida. Una, que ocurren las “segundas oportunidades” para cualquier persona que sufre una situación negativa. Y segunda, que a veces la gente no la aprovecha por tener “mala cabeza”. Por muchos años circuló este cuento, por aceras de la antigua calle 4 de Julio, hoy Avenida de Los Mártires. Iba de boca en boca entre las “señoras de la noche”, cuyos clientes eran soldados norteamericanos y personas que se relacionaban con esta “cara oscura” de nuestra sociedad.

Resulta que un oficial veterano de guerra de EE.UU. se enamoró de una de las que hoy llaman “sexoservidoras”. Fue tanto su sentimiento que le propuso matrimonio, lo que causó revuelo entre sus conocidas. Parecía una historia de película. Se decía que quienes habían visto la muerte de cerca de la guerra, tenían otro sentido de apreciar a las personas. Hasta indicaron que para ellos, “la mujer no tenía pasado… ¡sino futuro! Lo cierto fue que hubo boda y alegría entre compañeras de trabajo de la afortunada. Pasaron los meses y la dama estuvo de vuelta por esos sitios. ¿Qué pasó? Me aseguraron que después de meses de buen matrimonio, la dama quiso sorprender al marido con una buena noticia. ¡Estaba embarazada! No hubo júbilo en el rostro del gringo. Se dirigió en silencio a unos archivos y mostró un documento médico que certificaba que por una herida de bala… ¡no podía tener hijos!

En otra leyenda urbana también una “dama de la noche” pasó años guardando hasta los centavos que ganaba con la llamada “profesión más antigua de la historia”. De repente se fue a su país natal. Años más tarde, un caballero que había utilizado sus servicios la reconoció en el extranjero, al estar en una distinguida “boutique”. Sorprendido le habló de cómo se conocían… Ella muy seria le dijo que allí era “señora tal”, dueña de ese negocio… ¡y nada más! Existen en diferentes países historias de todo tipo sobre personas que aprovecharon “segundas oportunidades” que les dio la vida, o ellos lo planificaron.

Este argumento es válido en los programas de resocialización de detenidos, que al fin se realizan en Panamá. Todo depende de los afectados. Por lo que sé, muchos reos vuelven a cometer delitos por diversas razones (¿?) (Dice el Cholito Mesero de Santana que ojalá los chinos comunistas no obliguen al Gobierno a ser como ellos: ¡fusilan a los corruptos!).

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