Sociedad machista e hipócrita

Por: Antonio Saldaña Abogado y analista político -

A pesar de los muchos aspavientos de los hombres y mujeres, supuestamente, progresistas y de “avanzada“, alrededor del debate instaurado con relación al proyecto de ley número 61 y de las denominadas “Guías de Educación Integral en la Sexualidad (AIS)”; la sociedad panameña continúa siendo profundamente machista y además desenfadadamente hipócrita con respecto a una responsabilidad que indefectiblemente es de dos, particularmente, de uno de los dos.

Es de escribas y fariseos pretender “apedrear” a las niñas y adolescentes menores de edad que son embarazadas –no que se “embarazan” o “salen embarazadas”- generalmente por hombres mayores de edad. Con justificada razón hace 2,000 años el Mesías decía: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en lanzar la primera piedra contra ella”, es decir, estos farsantes pretendían lapidar a la mujer adúltera pillada in fraganti y, ¿el hombre abusador qué?

Exactamente igual ocurre hoy en los medios de comunicación social y en las “redes” sociales.

¿Qué se escribe, se lee y se comenta?

Que en el año 2015 “se embarazaron” 10 mil 976 menores adolescentes. Que del total de embarazos en el país, el 32% son adolescentes.

Que en los primeros 60 días del 2016 el Minsa reportó 1,952 casos de adolescentes menores embarazadas.

Una distinguida y respetada médica y escritora dijo: “A las jóvenes (adolescentes) no se les está enseñando sobre las consecuencias de sus actos”. ¿Y a los varones?

El Código Penal es claro, aun cuando no medie violencia o intimidación en el acceso sexual con una menor de 14 años, la persona o criminal será sancionada con prisión de 10 a 15 años. Si el acceso sexual es con una adolescente mayor de 14 años y menor de 18 y si la víctima resultara embarazada, el victimario será sancionado hasta con 6 años de prisión.

¿Cuántos de estos delincuentes e insensatos se les ha sancionado siquiera moralmente por paternidad irresponsable? ¿Cuántos ya están purgando su condena en La Joya o La Joyita?

Porque sí, para “bailar tango se necesitan dos”; para hacer chiquillos, también.

¡Así de sencilla es la cosa!

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