Vivencias
Por: Yadira Roquebert Periodista -
El concepto de vivir bien implica percibir, sentir, comprender y proyectarse en la sociedad. Surgen diversos escenarios que implican tradiciones y costumbres donde los valores bien cimentados adquiridos en el hogar hacen la diferencia. En esta ocasión les comparto vivencias en la llamada primera potencia del mundo.
Una nación con una diversidad de costumbres, algunas propias y otras adquiridas de culturas que ingresan al país, en busca de un mejor futuro y cuya presencia contribuye a esta multiplicidad de tradiciones y comportamientos.
Sus costumbres alimenticias inciden en la obesidad de su población, pues, con frecuencia consumen comida rápida como hamburguesas, pizza o pollo y mucha soda, sustancias que afectan la salud de órganos vitales que se cargan de azúcar, colesterol, triglicéridos, presión alta, y muy poca agua, lo que me hace inferir que la ingesta de alimentos no es sana.
Para movilizarse la población utiliza sus propios autos o espera los buses colectivos que se detienen en paradas donde solo tienen un poste que señala que allí se detiene el bus, sin silla de espera y mucho menos un techo. Además de que existen sitios donde el peatón no puede circular, pues no hay áreas para su libre tránsito, solo para vehículos a motor, me señala una ciudadana.
Con respecto a la crianza de los hijos, a mi juicio, los padres se enfrentan a múltiples situaciones, en las que los valores enseñados en casa hacen la diferencia ante los diversos comportamientos propios de su cultura. Por lo general, los jóvenes empiezan su independencia entre los 15 y 17 años. De hecho empiezan a conducir a los 16 con algunas restricciones. Las bebidas alcohólicas solo están permitidas a los mayores de 21 años, así como comprar lotería. El “bullying” y la presión de grupo al que se expone la juventud influyen para tomar la decisión de abandonar el hogar.
Cuando se trata de hacer negocios, esta población es puntual, y si se llega tarde es común avisar. Por lo general se suele saludar a los desconocidos con la mano y sonriendo, y a los amigos con besos o abrazos.
Esta vivencia tiene como finalidad compartirles realidades de otra nación, con el ánimo de que en mi Panamá, el país de las oportunidades, se haga un análisis sobre lo que queremos, pero considerando que el rol familiar es determinante para enrumbar al núcleo de la sociedad.