Asaltantes matan a empleada del McDonald’s en Pedregal

Por: William Sala Crítica -

La despachadora y aseadora del McDonald's, Astrid Aimeth López Rivas, de 28 años, murió de un tiro en la espalda que le propinó uno de los tres delincuentes que asaltaron el restaurante de comida rápida la noche del miércoles.

Alrededor de 300 dólares robaron los asaltantes al local ubicado en Pedregal, y luego de la tragedia huyeron en un vehículo sedán que los esperaba afuera.

López Rivas se asustó cuando uno de los delincuentes disparó el arma de fuego para amedrentar a cinco dependientes y dos clientes que se encontraban aún en el restaurante.

Ella corrió asustada con dirección a una de las enfriadoras; en eso, un proyectil disparado por uno de los criminales alcanzó en la espalda a la víctima, que quedó tendida en el piso.

Dominga Rivas, de 55 años, madre de "Chola", como en vida llamaba a su hija, contó que perdió un pedazo de su vida con la muerte de Astrid.

"No sé por qué solo ella murió, la más cariñosa de mis cuatro hijas", dijo Dominga.

Astrid dejó cuatro hijos, de 3, 6, 9 y 11 años, quienes hasta ayer, jueves, todavía no habían asimilado la pérdida de su madre, quien vivía para ellos.

"Chola" iba del trabajo a la casa y el miércoles tuvo turno de cuatro de la tarde a diez de la noche, sin embargo, lo que más le duele a la madre es que no se despidió de su hija debido a que salió a trabajar apurada para no llegar tarde.

Desde hacía un año y cuatro meses, Astrid se encontraba laborando para la cadena de restaurantes McDonald's.

Era una mujer muy esforzada quien soñaba con ahorrar dinero suficiente para comprar una casa para vivir con su esposo y cuatro hijos.

El pasado 5 de octubre fue su cumpleaños y era normal verla alegre, ella nunca estaba cabizbaja, por más difícil que fuera la situación hacía lo imposible para que su madre tuviera esperanza de que todo iba a salir bien, sin tomar mucha importancia a las diferencias que en un momento dado pueden existir en una familia, agregó Dominga.

Mucho tiempo Astrid trabajó como aseadora en una escuela de la comunidad de Felipillo, 24 de Diciembre, pero una infección de la piel en la pierna que se agudizó la hizo renunciar, luego aplicó para una vacante en McDonald's y empezó a trabajar.

"Todavía no lo puedo creer, mi hija murió a manos de asaltantes. No la mató la delincuencia de este barrio -Felipillo- que la vio crecer para que criminales robaran a mi hija", dijo.

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