Toda una mentira la privación de libertad de un menor

Una supuesta privación de libertad de un alumno de la Escuela Melchor Lasso de La Vega, ubicada en Ciudad Bolívar, Alcalde Díaz, alteró a Panamá.
Toda una mentira la privación de libertad de un menor

Toda una mentira la privación de libertad de un menor

Por: William Sala / Crítica -

En el mundo fantasioso de los niños, las mentiras se convierten en verdad y los adultos las creen sin reparo.

Una supuesta privación de libertad de un alumno de la Escuela Melchor Lasso de La Vega, ubicada en Ciudad Bolívar, Alcalde Díaz, alteró a Panamá

Dos niñas, cuyas edades oscilan entre los 10 y 11 años, alarmaron al personal del plantel educativo, al igual que a los estudiantes. 

Además activaron al equipo anti-secuestro de la Policía Nacional sin dejar de mencionar a un equipo de 80 Policías que después de tres horas concluyeron que se trató de una mentira. 

Relato
Dos hombres encapuchados armados supuestamente llegaron a los predios del colegio y en el área de los estacionamientos de busitos colegiales privaron de libertad al menor.  

La versión dada por niñas se expandió como una bomba expansiva, alcanzando las redes sociales, provocanco que personas que nunca etuvieron en el lugar aseguraban haber presenciado la acción criminal. 

Primero se informó que el niño retenido era un alumno de prekinder, luego de kinder, más tarde de primer grado. 

Juan Daniel, director del plantel, ante el cuestionamiento de los padres de familias que poco a poco se presentaron a recoger a sus hijos atemorizados por el rumor, se mantenía en su posición inicial: No hemos confirmado el hecho, no existe ese alumno y menos con ese nombre.

A las 11:00 a.m, suena el timbre que indica la hora de salida de los estudiantes de los primeros niveles, de allí que se asumía que si faltaba un estudiante debía ser de esos grados. 

El tiempo sequía como siembre, pero esta vez en contra de los investigadores, quienes ponían su experiencia y conocimiento para resolver el supuesto hecho. 

Se dividieron en grupo de trabajo, unos incluso se desplegaron a barriadas, urbanizaciones con los únicos que testigos, dos estudiantes que a medida que pasaban las horas iban distorsionado la versión y a la vez sembrando la duda en los investigadores. 

Ricardo Pricilla, represente del lugar, también se sumó a la tarea de resolver el caso. Se montó en su auto y se dirigió en coordinación con el jefe de la Policía Norte Este Alfredo Sanjur a buscar al niño. 

Mientras tanto, cada minuto que pasaba, la versión iba cambiando cual fuera un camaleón. El vendedor de hot dog decía algo, la de fruta otra opinión y ni hablar del resto de los estudiantes. 

Personal de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ)  que arribaron al lugar por fin lograron ubicar a la casa del niño y al preguntar a la madre, ella negó todo, mi hijo no; él está en el interior de la casa, ubicada en Santa Teresa, corregimiento de Chilibre, jugando como siempre. 

Indignados los investigadores llegaron ante los testigos y los cuestionaron una vez más y estos,  al ver que no tenían escapatoria, confesaron su mentira.

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