Enfermedades que van más allá del intestino

Se conoce como enfermedad inflamatoria intestinal (EII) a una serie de patologías que, como el nombre indica, afectan al intestino en alguno de sus tramos, inflamándolo de manera crónica. La enfermedad inflamatoria intestinal la constituyen la enfermedad de Crohn y colitis ulcerativa, aunque hay una tercera que reúne características de las otras dos y que se denomina colitis indeterminada.

Según José Antonio Herrera, médico de inmunología, esto se produce cuando cualquier agente externo entra en nuestro organismo. “Se cree que estas enfermedades son el resultado de una alteración de nuestra respuesta inmune (respuesta de nuestro mecanismo de defensa), de la mucosa y de la flora intestinal (bacterias que normalmente tenemos en el intestino), en aquellas personas que tienen una predisposición genética para desarrollar la enfermedad”, explicó.

La colitis ulcerativa (CU) es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino (ECI), que afecta aproximadamente entre 7.6 y 246.0 de cada 100 mil habitantes en el mundo.

Se caracteriza por la inflamación y ulceración de la mucosa del colon en la capa más interna, y que se traduce clínicamente por diarrea con sangre, a veces severa y dolor abdominal frecuente. Se forman úlceras en la superficie del colon (mucosa), las cuales sangran y adicionalmente producen pus y mucus.

El especialista agrega que para entender sobre esta enfermedad es importante recordar que nuestro tracto gastrointestinal comienza en la boca. Sigue un recorrido y termina, muchos metros después, en el recto. En medio de su trayecto hay un número de órganos, los cuales tienen una función en el procesamiento y transporte de la comida a través del cuerpo.

El primero es el esófago, un tubo delgado que conecta la boca al estómago. La comida pasa por el estómago y entra al intestino delgado. Esta es la sección donde la mayoría de los nutrientes son absorbidos. El intestino delgado luego termina en la siguiente porción del intestino, que es el colon, o intestino grueso, el cual conecta al recto.

La función principal del colon es absorber el exceso de agua y sales del desecho (lo que sobra después de que la comida ha sido digerida). También almacena el desecho sólido, convirtiéndolo en heces, y lo excreta por el ano.

La inflamación en la colitis ulcerativa usualmente comienza en el recto y la parte inferior del colon, pero también puede involucrar todo el colon. Cuando ocurre la inflamación, las funciones primarias son afectadas, incluyendo la absorción de agua.

Herrera menciona que entre los síntomas comunes de la enfermedad inflamatoria intestinal se incluyen: diarrea, sangrado rectal, dolor abdominal, tenesmo (sensación constante para defecar) y anemia.

Los tratamientos disponibles para controlar la enfermedad inflamatoria intestinal están dirigidos a controlar la inflamación. Los dos objetivos básicos del tratamiento son: inducir rápidamente al control de la enfermedad (lo que se conoce como remisión) y una vez que eso se haya alcanzado, lograr mantenerlo en el tiempo.

El galeno subrayó que existen los denominados tratamientos convencionales; sin embargo, su eficacia es limitada, la enfermedad no puede ser controlada por largo tiempo y tienen efectos adversos importantes.

Refiriéndonos específicamente a la colitis ulcerativa, actualmente existe un tratamiento biológico, con características únicas, disponible para los pacientes con esta enfermedad.

Este tratamiento, cuyo principio activo es Golimumab, no solo induce la remisión rápidamente, sino que posteriormente controla la enfermedad a lo largo del tiempo, y tiene una excelente eficacia y nivel de seguridad para los pacientes. Además de la mejoría clínica, mejora en la apariencia endoscópica de la mucosa desde el inicio del tratamiento.