La doble moral de la sociedad frente a la sexualidad

En la realidad los moteles están llenos a toda hora porque la vida sexual se inicia cada vez a más baja edad...

Por: Tomado de Rexpuestas.com -

La moral está referida al comportamiento de los individuos. Pueden ser aprobados o rechazados por la sociedad y en base a ello se han sentado criterios para caracterizarlos de morales o inmorales. Hasta hace poco tiempo vivíamos en una sociedad llamada de “código único”, ya que “lo bueno”, “lo correcto”, casi era aceptado socialmente por todos y de alguna manera coincidía con los mandatos religiosos de la época. Muchas cosas han pasado en el mundo, en la ciencia, en la tecnología, en las culturas. Todo se globalizó y ya no importa donde usted viva para poder enterarse de lo que pasa en el otro lado del mundo o para ponerlo de moda. Estos fenómenos sociopolíticos han influido en las costumbres, en la diversidad de religiones y visiones y llegamos a vivir en un mundo plural en vez de uno unificado. Hemos pasado de un mundo moral, unificado, con una única visión, a otro que se lo conoce como plural con muchas visiones morales distintas. Esto generó una realidad nueva, distintas morales, una misma sociedad y una moral impuesta por los grupos que dominan la sociedad. Esto lleva a que las propias ciudades creen códigos subterráneos, escondidos o dobles mensajes que se viven de manera falsa: decimos una cosa y hacemos otra, esa es la doble moral. ALGUNOS EJEMPLOS De esta forma se ha llegado a convivir con ella: “Pregonar algo y hacer lo contrario”. Los ejemplos pueden ayudarnos. vemos como la publicidad, la moda, los ritmos y bailes y canciones con letras eróticas son introducidos desde la niñez, dando unos permisos subliminales que luego son reprimidos por los mandatos verbales de los padres o los maestros. Ocurren en etapas en que los niños están empezando a discriminar y no logran entender estos códigos contradictorios. Se enseña a llamar “tíos” a muchos extraños para luego decirles que desconfíen de ellos. Las relaciones sexuales son válidas dentro de los contratos sociales o religiosos consagrados como matrimonios, con ceremonias y celebraciones fastuosas, pero en la realidad los moteles están llenos a toda hora porque la vida sexual se inicia cada vez a más baja edad; pero hay que complacer las reglas sociales. Es cierto que existen los llamados comportamientos inmorales. Inaceptables. Aquellos que al realizarse causan daño a los demás, aquellos que perteneciendo al espacio de lo íntimo o lo privado son llevados al espacio de lo público. Si hacer el amor es un acto intrínsecamente sano, bueno y hasta sacramental cuando ocurre dentro del matrimonio religioso, pasa a ser inmoral cuando se realiza en un lugar público. La ruptura de los espacios convierte a un comportamiento de un extremo a otro radicalmente opuesto. Lo mismo diríamos cuando queremos imponer nuestros modelos en espacios privados. Por ejemplo si queremos imponer comportamientos o lineamientos prohibidos por determinados grupos y hacer prevalecer como norma los nuestros. Es el caso de los preservativos, la masturbación u otra expresión sexual si lo queremos llevar e imponer en ámbitos religiosos. Esto es una violación de un espacio privado que tiene sus normas y creencias (valores) y donde grupos opuestos quieren hacer universal los suyos. Igual es el caso inverso cuando estos grupos religiosos quieren hacer universal en ambientes no confesionales las normas y conductas morales predicadas por su credo. En la sociedad coexisten varias morales que a la vez difieren entre sí y exigen respeto y acuerdos para evitar que bajo sus paraguas se filtren aquellas dañinas que son inmorales. ¿CUÁNDO HAY DOBLE MORAL? Cuando somos inconsecuentes con la moral en la que creemos y predicamos. Cuando actuamos de manera contraria a lo que presentamos como bueno y válido. En nuestra época todos conocemos ejemplos como estos. ¿Cuál es la tarea entonces? Diferenciar lo moral de lo inmoral y combatirlo. Identificar las distintas morales coexistentes y fortalecer las nuestras para poder dar razón y fundamento de ellas. Respetar la coexistencia en función del diálogo de las posiciones sin imponer ni satanizar, sin apoyarnos en el poder situacional en el que estemos ubicados para pisotear a los que no la tienen. Propiciar una verdadera educación de la sexualidad que se base en la responsabilidad.

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