Una chica de retos

Feliz, divertida y aventurera es como Elvia Nessary Muñoz, mejor conocida como “La Chichi de papa” se describe.

Con apenas 24 años, considera que es una chica de retos y de probar nuevas experiencias. Nacida en Veraguas y de raíces chiricanas, vive de sus sueños, pues busca proyectarse ante la sociedad transmitiéndole lo más bonito que tiene nuestro Panamá.

La historia de mi nombre dentro del programa es bastante graciosa, ya que al entrar estaban buscando un apodo con el cual me identificara, y me sintiera cómoda. Yo soy chiquita, flaquita, tengo carita de niña y entonces Ñero me conoce y pone “La Chichi de papa”, la chichi, en nuestra campiña es la jovencita hiperactiva que siempre anda metida en todos los jolgorios, de aquí para allá y de allá para acá, y es justamente el rol que desempeño dentro del programa. “Donde suena una lata, ahí está metida La chichi de papá”.

La situación no siempre es fácil. Cuando entré a Hecho en Panamá, comuniqué enseguida que era estudiante de Arquitectura y que como cualquier joven deseaba aprovechar la oportunidad, pero necesitaba que me dieran el chance de poder seguir estudiando y terminar mi carrera. Mis jefes y profesores son bastante comprensivos y me han dado la oportunidad de poder trabajar y estudiar al mismo tiempo.

Desde muy chiquita me he manifestado de forma artística. Siempre fueron mis fuertes el cantar, bailar, dibujar, etc. Y como les digo a todos, soy un producto más de los festivales de la voz y el canto juvenil, como es el concurso Manuel F. Zárate. De ahí venimos todos.

Con todo respeto, me reservo los derechos de mi vida personal.

¡Uf! Es imposible elegir. Pienso que todas han sido enriquecedoras. Aprender sobre nuestras costumbres y tradiciones, conocer lugares en los que jamás me imaginaba estar, los paisajes, las maravillas naturales. Pero, definitivamente, lo más divertido es conocer personas especiales con las cuales comparto y me divierto todos los fines de semana. La satisfacción de que la gente que te ve le gusta tu trabajo y te lo dice cuando te ven. Es la experiencia más linda, el cariño de la gente.

Considero que mi mayor virtud es mi sonrisa, sonrío pase lo que pase, ese es mi lema. Mi mayor defecto es reflejar en mi rostro cuando algo me molesta, no puedo disimular, lo demuestro de una vez, ja, ja, ja.

Todas son arrepinchosas para mí. Pero, definitivamente, disfrutó mucho el Festival de la Mejorana, el Manito en Ocú y el Festival del Almojábano en Dolega. Son mis festivales favoritos y los disfruto al máximo.

Así es. Más que un talento lo considero un obsequio otorgado por Dios y sí, me encantaría poder escribir canciones y grabarlas. Ese es uno de mis sueños.